Daniel Basaldúa: «El cuerpo de Cecilia está nuevamente desaparecido»

11/11/2025

El padre de la mochilera porteña asesinada en 2020 en Capilla del Monte, provincia de Córdoba, exige respuestas. Esta nota recoge su denuncia junto a Susana, la madre de la joven; durante el 42 aniversario del nacimiento de la víctima; en el mural pintado en la estación ferroviaria de Núñez, Capital Federal, barrio de la familia.

«En esa reunión, la instructora comenta nosotros tenemos acá un papel, un comunicado, que dice que el cuerpo de Cecilia no está en la morgue; se imaginan lo que fue para nosotros, un mazazo», se indigna; «así que Paula Kelm y compañía con el cuerpo hicieron lo que quisieron», señala; «y bueno, no sabemos dónde está, lo desaparecieron nuevamente; seguro es a propósito; por eso, denuncio esto; esperé el día del cumpleaños, delante de la familia y de los amigos», observa el grupo nutrido que lo escucha; «denunciamos esto, necesitamos saber qué pasó con el cuerpo de Cecilia.»

Alberto Daniel Basaldúa habla de pie junto a su esposa Susana de cara al sol del atardecer y de espaldas al mural con el rostro de su hija Cecilia Gisela, violada y asesinada en 2020 en Capilla del Monte, Córdoba. Es el sábado 8 de noviembre. Ambos sostienen un afiche azul con fotos de quienes consideran principales responsables del crimen y el encubrimiento: Mario Gabriel Mainardi, presunto expolicía; Walter Luna, arrendatario del campo donde apareció el cadáver; Paula Kelm, fiscal de Cosquín; Ramón López, policía; Viviana Juárez, alias Rasta, al parecer la que engañó a la víctima; y José Meza, artesano.

La anécdota reveladora del papá sucedió el 8 de octubre en los Tribunales del Cruz del Eje, cuando el matrimonio fue recibido por Sabrina Luciana Ardiles, nueva fiscal del caso. La frase puede escucharse entre los minutos 15 y 16 del audio de esta nota. El contexto es el pedido familiar de los restos con la intención de trasladarlos a la Capital Federal. Los predecesores de Ardiles fueron Néstor Oscar Lingua (2024-2025), Raymundo Barrera (2023), Sergio Cuello (durante el juicio de 2022) y la susodicha Paula Kelm (2020-2021), señalada por irregularidades en varios expedientes que involucran a policías.

Los congregados en el 42 cumpleaños de Cecilia Basaldúa.

«Quiero agradecer a todos por el acompañamiento», comienza el registro sonoro de esta crónica con la voz del padre; «muchas gracias; acá estamos recordando a Cecilia en sus 42 añitos», explica el motivo del homenaje; «creo que es lo mejor que podemos hacer por ella; estar siempre, tenerla presente y que sepan todos, incluidos los asesinos, que mientras yo esté con vida no me van a parar; hasta que los vea en cana no voy a parar; a Mainardi y compañía, y a Paula Kelm, que ya deje de hacer el mal en la Justicia; lamentablemente, la siguen teniendo ahí, en Córdoba; es vergonzoso lo que están haciendo».

Como el mural está pintado a metros de la Estación Núñez del Ferrocarril Mitre, las palabras del orador son interrumpidas con intermitencia por el paso estruendoso de los vagones. Soledad y Facundo, hermanos de la damnificada, y más parientes están entre quienes oyen a Daniel. Los acompañan amigos, vecinos y familiares de otras víctimas, como Gustavo Melmann, papá de Natalia, asesinada en Miramar, y Manuel Iglesias, hermano de Laura, a quien también le quitaron la vida en esa ciudad bonaerense. El último es miembro fundador de la agrupación ciudadana Atravesados por el Femicidio.

Volante repartido por la familia de Cecilia Basaldúa.

«Un clásico el tren», comenta Daniel en pleno bochinche ferroviario; «hay algo que queremos decir, que vamos a contar al final», retoma al volver la calma; «algo que nos acaba de pasar con el caso de Cecilia, específicamente con el cuerpo de ella», anticipa el anuncio que tiene preparado; a continuación invita al papá de Natalia Melmann a tomar la palabra; «Gustavo fue el primero que me llamó cuando Cecilia estaba desaparecida, ofreciéndome un abogado; yo le dije la voy a buscar viva; no entendía nada, lo que les pasa a todos; lo que me ocurrió a mí, sucede en miles de casos iguales».

El exordio del homenaje incluye a Susana, mamá de la víctima, que se expresa en sintonía con el marido. «Verdad y justicia por Cecilia G. Basaldúa», se lee en el tapial junto al retrato gigante, que alcanza dos metros y medio de altura, obra de Carla Minnelly, artista venezolana del grupo Fuerza Mestiza. «Hacer realidad un sueño de amor requiere nunca dejar de soñarlo», proclama una bandera negra atada en una malla de alambre tejido. Es una frase de la asesinada, que además de mochilera era escritora, jugadora de hockey sobre hielo, cinturón negro de taekwondo, malabarista y artesana.

Los padres y hermanos de Cecilia Basaldúa.

«Lo que queremos contarles es que nosotros hace mucho tiempo que venimos con el tema del cuerpo de Cecilia», retoma Daniel al cabo de un rato; «al principio, no lo quisimos traer porque veíamos que la cosa venía bastante oscura y no podíamos hacer nada con el cuerpo, porque era pandemia; dijimos vamos a dejarlo, fue hablado, que quede en la morgue para que después lo examinen como tiene que ser; en algún momento nos lo quisieron dar; nos negamos; la abogada nuestra presentó un escrito donde decía que hasta que hicieran bien las pericias no nos lo íbamos a llevar; eso fue al principio».

Comunicado difundido en las redes sociales de internet (galería de fotos).

Cecilia Gisela, de 36 años, llegó a dedo el 21 de marzo de 2020 a Capilla del Monte en condición de mochilera. El día anterior, mientras iba de viaje, había comenzado la cuarentena por el Coronavirus. Su objetivo era terminar la escritura de un libro sobre una aventura apoteósica. A lo largo de cuatro años había viajado en modo gasolero de México a Argentina. Había ladeado zonas temidas por su violencia. Sin embargo, regresó sana y salva. Donde pereció fue en la urbe aledaña al Cerro Uritorco. Estuvo desaparecida desde el 5 hasta el 25 de abril, cuando la encontraron brutalmente asesinada.

Tiene la palabra Gustavo Melmann, papá de Natalia, otra víctima.

«Ya pasaron cinco años y medio», repasa el papá; «en la última reunión que tuvimos con la fiscal nueva, Ardiles», evoca la cita del 8 de octubre en los Tribunales de Cruz del Eje, «nos encontramos con ella, con los abogados, con la instructora y con dos investigadores de la División Operativa de Investigaciones de Córdoba, una chica y un muchacho; mientras hablábamos sobre el caso de Cecilia, hubo algunas rispideces; siempre hay, porque nosotros reclamamos y a ellos les molesta un poquito que les hables o que te dirijas un poquito fuerte; entonces, en seguida te retan; que por qué me estás hablando así; qué sé yo».

La previa del 42 cumpleaños de Cecilia Basaldúa.

«Como habíamos conversado con el ministro de Justicia», nombra a Julián María López, titular de esa cartera en la provincia de Córdoba, «nos había ofrecido lo que necesitemos, dijimos bueno, es el momento; vamos a tratar de traer el cuerpo; a todo esto, antes habíamos solicitado una nueva autopsia; la queríamos hacer en Buenos Aires, habíamos averiguado; acá nos habían dicho que sí, pero con la autorización de Córdoba; y bueno, estábamos en ese tema, siempre estamos pidiendo, siempre nos dilataban las cosas», cuenta y a continuación relata el momento en que, como graficó, sintieron un mazazo.

Daniel y Susana en el 42 cumpleaños de Cecilia Basaldúa.

Los Basaldúa vislumbran una trama judicial, policial y narco. Señalan a Mainardi, que además de exuniformado sería vendedor de droga (lo consideran el principal sospechoso); Viviana Juárez, presunta colega del segundo rubro; y otros a los que se suma Ariel Daniel Zárate, policía hoy cesante (recibió una condena por violencia de género). La mochilera, sin chance de armar su carpa en el camping municipal, clausurado por la pandemia, preguntó a los lugareños. Así dio con Juárez, que le presentó a Mainardi, que le ofreció el patio de su domicilio. Apenas unas horas más tarde sucederá el horror.

«Nosotros vamos a hacer lo posible», reitera Daniel la voluntad de seguir adelante; «sabemos que esto está hecho a propósito, desde un principio era lo que querían; en lo posible, no investigar; hay ocho muestras de ADN en una cortina que nunca quisieron analizar, dijeron que no porque podían ser de animales; nosotros nos ofrecimos en su momento, porque lo hacían en La Plata; me acuerdo de que había hablado con Gustavo [Melmann] en ese momento; pero, obvio, nunca te autorizan; más a uno que no sabe; yo soy un tipo común y corriente, como cualquiera; al final te tenés que hacer experto en todo».

Tiene la palabra Manuel Iglesias, hermano de Laura, otra víctima.

«Pero dijimos che, hacemos una colecta; nuestros amigos nos aclararon no sale tanto hacer esas pericias; nos rechazaron todas estas cosas, siempre nos rechazaron; por eso, ahora ya no nos callamos más; vamos a hablar todo, aunque no sepamos o este mal dicho; yo creo que acá hay complicidad, ya es hora de que paguen lo que han hecho con el cuerpo de Cecilia; no solamente no peritan, ahora está como NN enterrada; nosotros creíamos que estaba en la morgue», aclara; «fuimos a un juicio con Cecilia enterrada», recuerda el proceso oral y público que en 2022 absolvió a Lucas Bustos, el perejil del caso.

«Lo que dijo la fiscal que está ahora fue pero ustedes tienen abogados», vuelve Daniel a la tensa reunión del 8 de octubre; «le contesté por la Ley de Víctimas igual tienen que avisarnos; nunca nos avisaron, es obligación; adelante de los abogados nuestros se lo dije», continúa el papá de Cecilia con un gesto de impotencia; por momentos, abre el diálogo con los presentes en el homenaje junto al mural de su hija; estos le plantean preguntas y suman sus propias opiniones; «ven cómo son en la Justicia, cómo se cubren; le mandó el fardo a los abogados nuestros y es la fiscal nueva, que para mí es lo mismo».

La previa del 42 cumpleaños de Cecilia Basaldúa.

«Mauro Zeta fue a Capilla, tenemos que convencerlo nuevamente», le contesta el papá de Cecilia a alguien que menciona al periodista; «lo amenazaron y todo», sorprende al auditorio; «hay que avisarle que nuevamente necesitamos que mueva; él tiene material que filmó», hace memoria; «me hizo una nota, salimos en Telefé, en varios lados; hay que decirle ahora que nos dé una mano nuevamente; por ahí puede; es difícil en Capilla del Monte, al único que amenazaron de todos los que estuvieron es Mauro; sabés quién lo amenaza, José Meza, que cuando nos ve a nosotros raja; nos dijo ese tipo me amenazó».

«En lo que nos mandaron ahora último, el certificado de defunción, aparece el nombre de alguien que firmó; no sé quién es», revela una novedad adicional del sumario; «nos dieron un certificado que, la verdad, a mí me cayó pésimo; porque vos decís esto es impunidad, realmente; me llamó la atención el apellido de esa persona, que no sé quién será; debe ser un testigo que habrán enganchado ahí; ahora pedimos que haya pericias nuevamente; queremos saber que el cuerpo que está ahí sea el de Cecilia; espero que no nos nieguen; sabemos está enterrado en un cementerio en Córdoba capital.»

«Hicieron lo que querían, que era destruir pruebas», concluye Daniel Basaldúa; «por eso vamos a pedir juicio político para Paula Kelm, que debe ser la que ordenó esto», se empeña; «nos hemos reunido con fiscales, hemos planteado y nunca nos dijeron que el cuerpo no estaba en la morgue», insiste; «es lo que nos pasó ahora, queríamos informarlo hoy; sacarlo de la política, porque vinieron las elecciones [legislativas del 25 de octubre]; dijimos no vamos a decir nada para que no digan que te estás politizando; ni me interesa, no está en mí; así que gracias por acompañarnos, vamos a ver como seguimos».