Queridos lectores,

Este espacio pertenece a ustedes y a quienes ofrecen su testimonio con audacia. Nosotros somos simples cronistas que intentamos ayudar para que sea posible.

«Todos tienen una historia», es la convicción de Savi Sharma, narradora de la India que ha difundido una serie de relatos inspirados en la realidad que indagan enigmas como los sueños, la esperanza, el amor y el coraje.

«Desierto de noticias», describe el contexto nacional un informe del Foro de Periodismo Argentino (Fopea): «Hay alta reproducción automática y condiciones sumamente débiles para el periodismo profesional; los medios de comunicación funcionan como fachadas donde las noticias son en verdad propaganda».

«El periodismo valiente y de servicio público», es la modalidad de ejercicio profesional que exalta el Premio Gabo, «que intenta abrirse paso para contextualizar, dar voz a los que no son escuchados, denunciar las injusticias y proponer soluciones».

«La información como un servicio público», distinguen los Premios Pulitzer, «el relato de la desigualdad y el papel crucial de los ciudadanos en la búsqueda de la verdad y la justicia por parte de los periodistas».

«El periodismo finalmente es un acto de amor», dijo Mónica González, la cronista chilena, en diálogo con la Fundación Gabo, «cuando es servicio público, cuando lo inspira el deseo de vivir y de servir; mientras más metros te separen del poder, más independiente eres; el respeto, el rigor, el servicio público exigen ser independiente de quienes te financian; asistimos a una especie de comedia, una pantomima brutal, criminal, en que nos hacen creer que todo funciona y nada funciona; hay una corrupción tan sistémica que es como una telaraña que te cubre; para detener la máquina de muerte hay que reportearla bien, explicarla, contarla con nombres y apellidos; la realidad nos da siempre una bofetada de humildad terrible, una bofetada de aprender, aprender, aprender».

Muchas gracias.