Sonia y Víctor, padres de Clara Bravo: «Que se investigue como corresponde»

30/8/2024
por Lucio Casarini
Denuncian que su hija, estudiante universitaria de 19 años embarazada, fue muerta de un balazo policial el 20 de noviembre de 2020 en Añatuya, Santiago del Estero. La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación los recibió junto a otros familiares de víctimas de la provincia: Carolina, mamá de Franco Isorni, y Juan, papá de Felipe Jaimes.
«Como evidencia el caso de Clarita, esto es lo que hace la Justicia, borra las pruebas; quien sabe ver con nitidez, sin una venda en los ojos, entiende que fue asesinada por la Policía; vamos a pedir que estas causas de Santiago del Estero sean elevadas a una instancia superior; la Policía de la provincia no se puede investigar sola, por eso esto que pasa, de hechos que terminan quedando como accidentes; estamos aquí porque queremos que cambie la Argentina; para eso tenemos que ponernos la cruz al hombro; la cruz más dolorosa es que nos arrebaten una hija y después enterarnos de que estaba embarazada».
Sonia y Víctor Bravo, personas de campo del interior santiagueño, jamás imaginaron que alguna vez hablarían en el Congreso de la Nación. La vida los asombró el 20 de agosto, cuando la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados les abrió las puertas junto a otros familiares de víctimas de su tierra: Carolina Isorni, mamá de Franco, y Juan, papá de Felipe Jaimes. Sentado en el micrófono, el matrimonio contó la tragedia de Clara Mabel, la segunda de sus tres hijas, que tenía 19 años y era alumna de Trabajo Social en la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
En el contexto de la pandemia, la adolescente había regresado de la capital provincial a la casa paterna en Añatuya. La infamia irrumpió de improviso el 20 de noviembre de 2020, cuando ella recibió un balazo en la vía pública en circunstancias inextricables. Un homicidio múltiple, ya que acababa de iniciar un embarazo. La madre cree que de mellizos, aunque lamentablemente nunca podrá confirmarlo. Manos anónimas sustrajeron el útero del cuerpo de su hija. Ni siquiera este ultraje detuvo la iniquidad. La Justicia quiere cerrar el sumario como accidente vial, pese al hueco del proyectil en el cráneo.
«Soy Víctor Bravo, papá de Clara, de Añatuya, Santiago del Estero», se presentó el hombre, volcándose hacia el micrófono, sentado junto a su esposa; «un pueblo chico donde todos nos conocemos; Clara fue asesinada por la Policía de la provincia; nos avisaron que había tenido un accidente; pensamos que era leve, pero ella ya estaba muerta».
«Soy Sonia, la mamá; ella salió el 20 de noviembre en plena pandemia», tomó la palabra la mujer; «un amigo la pasó a buscar a las 23.45; nosotros con toda confianza le permitimos que se retirara, porque este chico, Rodrigo Coria Salgueiro, es hijo de policías; Añatuya es un pueblo chico, hay mucha pobreza en Santiago del Estero; tenemos a alguien muy importante, reconocida por toda la Argentina, como es Margarita Barrientos, que hoy no puede estar; una señora que siempre habló sobre las violaciones de los derechos humanos en la provincia; la gestión de la pandemia les vino bien para cometer abusos».
«Clara era una chica muy alegre, buena, sana», continuó la mamá de la víctima, sentada entre su marido y Carolina Isorni; «nosotros vivíamos en el campo, nos mudamos a la ciudad para dar un mejor futuro a nuestras hijas; nos quedan dos; también nuestros nietos, sobrinos y toda la familia por detrás; la Policía que debería cuidarnos termina matándonos; a Clara la hicimos estudiar en colegios privados; hizo el primario en el Instituto Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y el secundario en el San Alfonso María de Ligorio; como familia humilde, le brindamos todo lo que estaba a nuestro alcance».
«En 2018, ella egresó y nuestra hija mayor nos hizo abuelos de mellizos; todo 2019 estudió en Santiago capital; nos duele, porque ella sembró mucho amor y cosechó muchas amistades que nos acompañan, nos dan fuerza para luchar y que el caso de ella salga a la luz; por más que digan accidente de tránsito, cómo puede ser, si esta fotografía muestra signos de que antes ya estaba lastimada», expuso la impresión de una imagen del expediente judicial; «estoy denunciando el disparo; observen el goteo de sangre».
«Tuve que pedirle a su pareja que me confirme, me dé la certeza para salir a las calles de Añatuya y de Santiago diciendo que no solo ella fue asesinada, también su hijo por nacer», se conmovió Sonia ante la mirada de los legisladores congregados; «les leo la frase para que todos estén seguros; hola Juani, por las dudas, tienes algún WhatsApp de la Clara donde diga que está embarazada; ahí busco; bueno; ojalá tenga tu carita, nada más, no pido nada más; esa es la prueba».
«Otra prueba es que, como evidenció la autopsia, le sacaron el útero para tapar su embarazo», detalló uno de los indicios más estremecedores; «esto es lo que estamos sufriendo en Santiago del Estero; no nos permitieron ser abuelos con Clarita; somos abuelos, pero no iban a ser los mismos nietos que ella nos iba a dar; su mochila también tiene rastros de sangre; no la traje porque guardo todo lo que ella tenía de valor para mí, porque tengo miedo que me lo arrebaten».
«Como pasó con su celular cuando estaba bajo custodia de la fiscalía», sigue la mamá de la víctima su relato de los pormenores; «borraron todas las pruebas, las fotos; lo sacaron de grupos de WhatsApp; cambiaron la foto de perfil; a los seis meses nos entregaron un teléfono muerto, que impide acceso a los recuerdos de Clara; lo único que nos queda son retratos que tenemos nosotros; ella fue siempre la que sacaba más fotografías y nos quitaron las de su celular».
«Es verdad que Clara salió fuera de horario, pero eso no justifica que la quiten de nuestros brazos; esa noche en la guardia junto a su pareja encontramos el orificio de bala, pero en ese momento no me di cuenta de que la Policía me la había matado; recién al otro día, cuando los del sepelio me pidieron algodón para ponérselo en la cabeza, el cráneo».
Los Bravo y los demás santiagueños que se acercaron a la Cámara de Diputados aprovecharon su visita a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para entregar un escrito dirigido al presidente Javier Milei. El video previo muestra a Carolina Isorni explicando la iniciativa; la Casa Rosada es el telón de fondo; Felipe Jaimes escolta a la narradora. Lo mismo hicieron durante la administración de Alberto Fernández, sin resultado. Todo lo contrario. Mariano Przybylski, entonces director de Derechos Humanos de la Nación, rechazó de plano el caso Franco Isorni sin expresar argumentos.
Los protagonistas de esta nota integran el Comité de Lucha contra la Impunidad e Injusticia de Santiago del Estero, que congrega a medio centenar de familias de afligidos por distintas modalidades violentas. El pueblo también los identifica como las Madres del Dolor, apelativo estrenado hace un par de décadas por ciudadanas que se volvieron célebres caminando las mismas calles. Algunos crímenes están conectados, como los de Clara y Franco Isorni, que eran amigos. Los Bravo y sus camaradas reclaman que ciertos funcionarios sean sometidos a juicio político y la intervención federal del Poder Judicial santiagueño. Ante el silencio del Estado Nacional, evalúan apelar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La familia de Clara percibe un hilo evidente entre el drama de la chica y el homicidio de Franco, ocurrido meses antes. Sonia recuerda que los dos habían coincidido en la capital santiagueña, donde cursaban carreras diferentes en la misma institución, la Universidad Nacional de Santiago del Estero. La chica solía hablar del hijo de Carolina, al que recordaba como Cabri, apodo con que lo llamaban. Ambos habrían sido gatillados por policías. Clara habría sido entregada por un hijo de uniformados conocido por participar en la venta de droga. Franco, según su madre, fue torturado y fusilado por gentes envueltos en el narcotráfico.
«Quiero agradecerles la fortaleza que implica estar acá diciendo las cosas que están contando», declaró Sabrina Ajmechet, presidenta de la Comisión, que es diputada por el Pro de la Capital Federal; «sé que no pueden estar haciendo otra cosa, pero requiere muchísima valentía y ustedes la están demostrando; con los diputados presentes hemos conversado un proyecto que ustedes impulsaron para que el 20 de marzo sea declarado día de duelo nacional por sus hijos, por todas las personas que fueron asesinadas durante la pandemia y por las que murieron por la gestión de la cuarentena; lo vamos a traer al cuerpo próximamente; si se puede, la próxima semana; lo vamos a trabajar intensamente hasta que sea ley».

«Gracias a los cuatro que permanentemente están reviviendo todo esto», dijo Mónica Frade, diputada por la Coalición Cívica bonaerense; «han hablado de violaciones de derechos humanos en pandemia; hoy no tienen justicia en Santiago del Estero, en el régimen de Zamora; quien maneja el cartel de la droga y está matando a esos chicos es el actual secretario de seguridad [el comisario general David Marcelo] Patto; no nos hagamos los distraídos, es el tipo que sigue distribuyendo la droga, que sigue captando a los chicos y sosteniendo el régimen y el Poder Judicial de la provincia».

«Quiero agradecerles su valentía, no es fácil sostener después de cuatro años el reclamo de justicia en un contexto nada sencillo», reconoció Esteban Paulón, diputado santafecino del partido Encuentro Federal, mirando por un instante a la mamá de Franco Isorni; «te escuchaba Carolina que sos empleada del Estado; son estos regímenes en los que el empleo público tiene peso; los gobernadores son prácticamente señores feudales de las provincias; se requiere mucha valentía; esto demuestra la convicción y la necesidad de justicia que tienen; acá estamos en lo que podamos colaborar desde la Comisión y la Cámara; gracias por volver a pasar por esto, compartirlo y sostener prendida la llama del pedido de justicia».

«Quiero solidarizarme, creo que ustedes muestran la fortaleza que a muchos les falta para enfrentar al poder político», pronunció Alejandro Vilca, diputado por el Frente de Izquierda de los Trabajadores de la provincia de Jujuy; «señores feudales que se creen incluso dueños de la vida de los otros; el crimen que han sufrido sigue vigente porque está impune; es bueno que esto se sepa, esto que no se habla y que en muchas provincias se repite».
«Es una buena instancia que se discuta en esta Comisión de Derechos Humanos; desde luego, nos ponemos a disposición; cosas como estas no pueden permitirse, lo que hicieron con sus hijos es inhumano; soy padre de familia, lo haría también por mi hijo, sería muy duro; los admiro y felicito; a seguir peleando; nunca debe resignarse la búsqueda de la verdad y la justicia».

«Durante mi paso por la Cámara elaboré con un equipo un informe que muchos de ustedes conocen», intervino Rubén Manzi, diputado con mandato cumplido de la Coalición Cívica de Catamarca; «con otros no hemos coincidido en el período; son dos informes focalizados en el NOA [Noroeste Argentino] acerca de la violación de derechos humanos, sobre todo la violencia institucional, en la pandemia; esto significó para nosotros descender a subsuelos bastante inesperados y siniestros».
«En todas las provincias se cometieron hechos, pero Santiago del Estero es la tristemente más saliente y que tiene más perfeccionado el sistema de complicidad entre los poderes político, legislativo y judicial; por tanto, de todas las extensiones del Estado; no en vano esta provincia tiene una larga historia sin alternancia del poder, que es prácticamente un bien ganancial de un matrimonio; la alternancia se da entre esposo y esposa; no es Zamora el que inventó eso, lo perfeccionó».
«A los diputados actuales convencidos de que es necesario seguir y acompañar a gente como ellos», concluyó el catamarqueño, «les ofrezco mi colaboración; es muy duro hablar con alguien que ha perdido a su hijo o hija; como hice cuando me propuse esta recopilación de hechos; compartir a lo mejor toda una tarde, caminar por el pueblo donde su hijo vivía y era feliz; sé que hay muchas urgencias, pero esta es una causa humanitaria y ellos no pueden seguir este camino solos».