Flavia Kuperman: «El femicida de Florencia actuó con varios cómplices»

28/3/2025

Su hija Florencia Cuenca, de 31 años, fue acribillada junto a su novio por el ex de ella. Ocurrió el 1° de diciembre en Ciudad Jardín, partido bonaerense de Tres de Febrero. La chica expiró tras dos meses de agonía. Su pareja perdió la vida de inmediato. Los dos hombres, el fallecido y el autor de los disparos, que se encuentra detenido, tienen nacionalidad venezolana.

«Ahora lo que nos queda es luchar; sabemos que es en la calle, es juntos; como dijo la compañera cantante recién ¿no? es juntarnos, amucharnos y salir adelante; acá tenemos el ejemplo del compañero Luis», fija la mirada en un punto del auditorio, que suma cerca de un centenar de personas conmovidas; «muchas gracias por prestarme este espacio para poder hablar; lo que les quiero pedir es que si llegan a ver el nombre de Florencia Cuenca en cualquier red social o volante que les den o algo difundan; les pido que nos ayuden en esto porque se viene un camino bastante largo; ellos quieren cerrar la causa acá».

Violeta Flavia Kuperman va y viene por todos lados decidida a dar pelea por la memoria de su hija. La foto principal de esta nota la retrata en la Plaza de Mayo durante la marcha del 19 de marzo en apoyo de los jubilados. Sus palabras en cambio corresponden a la imagen inferior, tomada el 15 en una peña para recordar a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en el partido bonaerense de Avellaneda. Este convite fue convocado por Luis Alberto, el papá de Darío. En ambas postales a mano derecha de la voz del testimonio puede apreciarse a Celeste, su otro retoño, hermana menor de la víctima de femicidio.

«Asesinaron a mi hija el 1° de diciembre de 2024», denuncia la madre con angustia de pie en la avenida Hipólito Yrigoyen de Avellaneda; «la voy a hacer muy cortita; había un conocido de la familia que estaba obsesionado con ella; la perseguía y la acosaba, la perseguía y la acosaba; en un momento se plantea en la familia, como pasa en estos casos, bueno, ¿hacemos la denuncia? mi hija me dice mamá, cada chica que realiza una denuncia termina muerta; es automático, es el 90 por ciento de los casos; bueno, como consecuencia no hicimos la denuncia; nos cuidamos en la medida de lo que pudimos».

«Pero ¿qué pasó? Florencia conoció a otro chico y se puso de novia; este flaco [el asesino], como la venía persiguiendo…; no se imaginan el teléfono que me mostró la fiscal; fotos de mi hija…; alguien subía fotos y hacía screenshots [capturas de pantalla] para ver qué calzado tenía puesto cuando salía del trabajo, cuando iba a la Facultad, etcétera; finalmente, vio que estaba con otro chico; con amigos la siguió hasta la casa, esperó que terminaran una cena de amistades que tenían, lo ayudaron a colgarse del balcón…; porque está la cámara y se ve cómo lo ayudaron; uno le abre la puerta del auto, el otro manejaba…»

Flavia Florencia Cuenca tenía 31 años y estaba en pareja con Yhonny Alberto Peralta Barreto, de 28, venezolano. Ambos se encontraban en el domicilio de dos plantas del muchacho, calle De los Paraísos al 6500, intersección con De los Gladiolos, Ciudad Jardín, partido de Tres de Febrero. La sucesión de detonaciones gatilladas por Edward Jesús Belmonte Marrero, asimismo venezolano, de 32, habrá conmocionado la placidez de la zona, un vergel pintoresco de chalets, senderos zigzagueantes, áreas verdes y árboles. Una serie de arterias vehiculares llevan nombres de plantas, coherente con la profusión de naturaleza.

«Otro auto estaba a la vuelta con otros amigos… ¿qué fue lo que pasó? entró al departamento, un primer piso, los encontró durmiendo y les descargó con una nueve milímetros calibre 41 o 42, son las que tienen las balas grandes, son básicamente de 17 tiros…; a mi hija le descargó ocho tiros, al novio nueve; el murió en el acto, porque le reventó toda la cara hasta el pecho; y a mi hija le dio tiros por todo el cuerpo; yo no sabía lo que eran los tiros a quemarropa hasta esta situación; mi hija quedó toda marcada con los tiros; uno le dio en el estómago, pasó por el diafragma, páncreas, intestino, le rozó la aorta…»

Edward Jesús Belmonte Marrero, el asesino.

«Mi hija agonizó durante dos meses y después falleció; así que bueno…; según [Patricia] Bullrich [ministra de Seguridad de la Nación] no hay que buscar más, no hay que seguir con la causa, quedó acá terminada; porque los cómplices en realidad no eran cómplices; la fiscal [Marcela Edith Costa] es de la 6 de los Tribunales de San Martín; según Bullrich y la fiscal los engañaron; como si yo fuera pelotuda; tengo años de militancia; la cuestión es que quieren cerrar el caso rápido, pidieron que el tema quedara ahí porque el hecho fue en el momento en que se les estaban escapando todos los presos de las cárceles».

Flavia Florencia Cuenca, víctima de femicidio.

La multitud a la cual dirige su alegato Flavia Kuperman escucha compungida en silencio. «Peña de la memoria y la rebeldía», titula un aviso difundido los días previos en las redes sociales de internet; «sábado 15 de marzo de 16-22», convoca; «Darío y Maxi no están solos; todo lo recaudado será para contribuir con la querella de la causa por justicia por Darío y Maxi», explica; «artistas que nos acompañan: Pablo Bernaba (Vozaneón); Norma Aguirre – Priscila Whet – Vero Oroná…», anuncia; «en el CC Manuel Suárez; Av Hipólito Yrigoyen 1635, Avellaneda; organizan familiares y compañeres de Darío y Maxi».

La mamá de Florencia es hija del fallecido Oscar Kuperman, defensor histórico de los derechos humanos. Hasta 2021, año de su muerte, Pedro, seudónimo con que era conocido, marchó junto a las Madres de Plaza de Mayo y la coordinadora Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Salió en amparo de las víctimas del gatillo fácil y otras formas de violencia institucional. Fue miembro entusiasta del movimiento piquetero que se expandió por la República Argentina desde la década de 1990. Fue delegado sindical ferroviario. Estuvo detenido en condición de preso político durante la última dictadura.

El concepto de femicidio está incorporado en el Código Penal Argentino desde 2012 con la Ley 26.791, que modificó el artículo 80. La norma endurece el castigo previsto para muertes causadas a mujeres por una persona con la cual mantienen o han mantenido una relación de pareja, sin necesidad de que hubiera convivencia, o debido a su género, orientación sexual, identidad o expresión. El asesinato salvaje de Wanda Taddei en 2010 en manos de su concubino Eduardo Arturo Vázquez puso este horror en primer plano. El hombre tenía una condena previa como músico responsable de la tragedia de Cromañón.

La casa y el balcón que trepó el criminal.

La relación entre Florencia y Belmonte Marrero, con domicilio en la localidad de Rafael Castillo, partido de La Matanza, había terminado un par de meses antes. El agresor podría ser sujeto de cadena perpetua por «homicidio y femicidio agravados por el uso de arma de fuego», según la pena en expectativa que baraja el expediente, que se encuentra en manos de los Tribunales de San Martín. Existe la chance de que el Estado Nacional decida deportar al energúmeno a su país de origen, una medida que implica la expulsión y el registro en el sistema de migración para detectar e impedir su virtual regreso.

«El chico [el asesino] está preso; pero por ejemplo el que tiene en su casa la ropa ensangrentada de mi hija y de el, que le prestó ropa limpia y plata, que le sacó los pasajes para que se escape y que lo bancó durante horas, está libre», menciona Flavia la fuga frustrada del fusilador, pescado en la terminal de Retiro cuando subía a un micro hacia la provincia de Salta; «el día del sepelio de mi hija apareció y me dijo Fla, ¿te puedo alcanzar a tu casa la ropa de Edward? Edward es el femicida; le dije ¿cómo, no la tiene la fiscal? no, me respondió, me llamó a declarar y cuando le conté que tengo la ropa me dijo que la lleve».

«O sea que no le allanaron la casa, esto fue hace dos meses, y quiere que yo lleve la ropa del asesino de mi hija con la sangre de mi hija a la Fiscalía; estamos todos locos ¿no?», se indigna la mamá de Florencia parada sobre el asfalto de la Avenida Hipólito Yrigoyen, escenario improvisado de la peña; «ahora nos encontramos luchando con la abogada y las compañeras; les pido que me acompañen en esta por favor; para mí es muy importante que se haga justicia y que no pase más esto; no puede haber más mujeres asesinadas; muchas gracias compañeros, muchas gracias a todos por este espacio ¡justicia!»