Daniel Basaldúa: «El merendero carece de cualquier tipo de ayuda»

1°/5/2025

El papá de Cecilia Gisela, la escritora, deportista y mochilera porteña asesinada en 2020 en Capilla del Monte, inauguró junto a Susana, su esposa, una biblioteca popular que lleva el nombre de la hija de ambos. El proyecto es una iniciativa de Merendarte, espacio solidario que funciona en la casa de una vecina del barrio El Zapato, en la ciudad cordobesa.

«Los policías tienen que cumplir su rol», plantea Alberto Daniel Basaldúa; «si no, que se vayan o que aprendan por lo menos lo que es un femicidio, lo que es matar a alguien que no tiene nada que ver; este es un lugar turístico; vienen muchos turistas, vienen muchos chicos por el tema del Uritorco, vienen con mochilita y eso no quiere decir que sean delincuentes; son gente como nosotros o gente que piensa distinto; gente que quiere conocer el mundo; pero no por eso la van a perseguir o le van a pegar; a Cecilia la persiguieron, no la dejaron acampar en el cerro; está bien, había pandemia, todo lo que quieran…».

El papá de la escritora, deportista y mochilera asesinada en 2020 está parado junto a Susana Reyes, la mamá, en la vereda de lajas delante de dos centenares de ciudadanos indignados. Es el atardecer del 25 de abril, quinto aniversario del hallazgo del cuerpo con signos de violencia luego de permanecer desaparecida casi tres semanas. «Comisaría Capilla del Monte», puede leerse a espaldas del matrimonio un cartel de madera artesanal, en caracteres blancos sobre fondo barnizado. El letrero tiene un metro de altura y se encuentra a cierta distancia, erguido sobre dos troncos enterrados en la gramilla.

Los padres de la víctima acaban de detenerse en la sede policial (audio de esta nota) durante la marcha pacífica de reclamo de memoria, verdad y justicia. Al cabo de un lustro, la única respuesta de las autoridades es la más escandalosa impunidad. El sumario carece de procesados, fiscal cierto e investigación efectiva. Los Basaldúa, que viven en el barrio porteño de Núñez, han viajado 800 kilómetros en camioneta, el esposo al manubrio y su mujer de acompañante. La pueblada que ahora lideran terminará en el Jardín de la Memoria de la aledaña Plaza San Martín, donde los esperan un altar alusivo y homenajes variopintos.

Aviso vigente del Gobierno de la Provincia de Córdoba.

La foto de cabecera corresponde a una escena del día siguiente, 26 de abril, en un arrabal de Capilla del Monte. «Merendarte», presenta el letrero multicolor. «Niñeces en dignidad del barrio El Zapato», reza el eslogan entre diferentes pigmentos, trazos y figuras. «La Dignidad, movimiento popular». Daniel sonría abrazado a Susana sobre su mano izquierda y a Claudia Ochoa del otro flanco. Esta es la dueña de casa y ha invitado al matrimonio a un desayuno para abrir, dentro del inmueble, la Biblioteca Popular Cecilia Gisela Basaldúa. El resto de los retratados constituye el equipo de la anfitriona.

Las demás postales de esta cobertura tomadas en el proyecto solidario muestran la extrema sencillez de las instalaciones y la inconmensurable calidez humana de sus adalides. Una toma sitúa a Susana y Daniel sosteniendo un cartel celeste con el nombre de la biblioteca en honor de su hija. Detrás de ambos hay una estantería de madera con la colección inaugural, integrada por algunos cientos de volúmenes. Otra instantánea los sorprende tomando un café con leche sentados en una mesa larga de mantel verde. La mamá de Cecilia cuenta algo observada por Daniel, Claudia y los otros convidados.

Susana y Daniel junto a Claudia Ochoa y su equipo al inaugurar la Biblioteca Popular Cecilia Gisela Basaldúa.

«El merendero carece de cualquier tipo de ayuda», reflexionará Daniel días después; «queremos dar una mano», se conmoverá. La historia y las dificultades del emprendimiento son narradas por la periodista María Eugenia Marengo en una crónica magistral. Es un reportaje meticuloso que recoge la voz de los papás de Cecilia, Claudia Ochoa, Paula Rodríguez y Julieta Bamberg, las últimas dos colaboradoras medulares. El testimonio de los Basaldúa evoca la época en que su hija fallecida viajaba en la adolescencia y juventud para brindarse a niños pobres de las provincias de Santiago del Estero y Salta.

El marco del intríngulis, cuenta el artículo publicado por CDM Noticias, es el Gobierno Nacional de la Libertad Avanza. Marisa Graham, defensora nacional de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y Juan Facundo Hernández, su adjunto, recorrieron en 2024 distintos comedores y merenderos de la Argentina y denunciaron el corte del suministro alimentario. Sin embargo, Sandra Petovello, titular del Ministerio de Capital Humano, nunca reactivó las partidas de comestibles y otros enseres, previstas por lo que debería ser el Programa Nacional de Nutrición y Alimentación, creado en 2003 mediante la Ley 25.724.

Susana y Daniel en Merendarte junto a Claudia Ochoa y su equipo.

El concepto de violencia institucional es amplio, coinciden pensadores contemporáneos, como los estadounidenses Newton Garver y Edgar Friedenberg. En general, se suele hablar de violencia institucional abierta, como cuando intervienen agentes estatales, o encubierta, como la pobreza. Algunos análisis se han enfocado en las modalidades más insidiosas y menos detectables. Hay prejuicios que actúan y son reproducidos por las instituciones y las leyes. «Si solo existiera la violencia personal o individual», sostiene Dean Curtin, también estadounidense, «no habría opresión en sentido sistemático».

Daniel y Susana al inaugurar la Biblioteca Popular Cecilia Gisela Basaldúa.

«Nosotros somos los dueños de nuestra vida y nadie puede venir a amedrentarnos, a pegarnos, a violentarnos», proclama Susana Reyes en la vereda de la Comisaría de Capilla del Monte; «todos valemos; desde el barrendero hasta el que haya estudiado, que tenga el título que tenga; son personas humanas igual que nosotros; nadie es menos que nadie; somos todos iguales, seres humanos y merecemos ser respetados; cuidemos a los chicos, hablemos con nuestros hijos, porque hay mucha violencia, hay mucho abuso; créanles a los niños, por favor, préstenles atención, estén con ellos, porque ellos sufren».

«Cuando nosotros vinimos, los chicos andaban dando vueltas por acá», recuerda Daniel parado junto a su esposa frente a los dos centenares de ciudadanos; se refiere al año 2020, al momento en que Cecilia estaba desaparecida y al enjambre de mochileros que continuaba fuera de juego en el contexto de la cuarentena por el Coronavirus; «por qué, porque estaba el balneario cerrado», resalta la decisión controvertida del intendente Fabricio Díaz, que continúa en el cargo tras ser reelecto en 2023; «creo que eso no correspondía, tendrían que haber dejado que se alojen ahí los chicos y no corrieran peligro».

Susana y Daniel en la vereda de la Comisaría de Capilla del Monte.

«Todas esas cosas yo pensé que ya estaban superadas, hace cinco años que pasó lo de nuestra hija; pero un mes atrás fuimos a Cruz del Eje y nos encontramos con la novedad de que la Policía de Capilla del Monte no notificaba [a las personas citadas como testigo]; increíble… ; así que por eso estamos acá y por eso queremos que la gente no les tenga miedo; la Policía nos tiene que cuidar a nosotros, no que nosotros le tengamos miedo; no tenemos que tener ningún miedo; ellos tiene que actuar como debe ser, cuidando a la gente y más en este lugar, que es turístico; por eso les agradezco a todos que nos acompañen».

«Gracias a ustedes, que siempre acompañan; si no, no podríamos estar acá parados», redunda la esposa; «el expediente que armó Paula Kelm, porque es un sumario armado, está plagado de mentiras y de declaraciones mentirosas», menciona a la primera fiscal, que fue apartada de una pesquisa hoy sin procesados, a pesar de la profusión de sospechosos e indicios; «todos los que declararon en la causa de Cecilia mintieron; queremos saber si esa gente va a ir presa o no; como te hacen jurar en un juicio, que tenés que decir la verdad y nada más que la verdad; vamos a ver si la Justicia actúa con los mentirosos».

«Que se sepa la verdad de Cecilia», exige Susana Reyes; «vamos a seguir todo el tiempo que sea viniendo acá, nos van a tener todo el tiempo acá presentes hasta que se haga justicia y se sepa la verdad y los asesinos vayan presos; a las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien; no se dejen asustar por los Policías ni por nadie», anima. «Ojalá que no pase de vuelta lo que le pasó a Cecilia», se ilusiona Daniel Basaldúa con la Comisaría como telón de fondo; «pero sigan atentos, con la guardia alta; porque yo no confío, para mí de los asesinos de ella hay muchos que andan dando vueltas por acá.»