Carolina Isorni: «¿Qué me hubiera dicho Sueldo sobre el crimen de Franco?»

6/11/2024

Denuncia que su hijo, estudiante universitario de 23 años, fue torturado y fusilado por policías el 25 de agosto de 2020 en Santiago del Estero. Esta nota rescata su palabra en una conferencia sobre el fallecido obispo en la Universidad Católica local. La acompañaron otros familiares de víctimas: Sonia, mamá de Clara Bravo, y Carina y Juan, padres de Felipe Jaimes.

«Quiero consultarles a ustedes que han colaborado con la Secretaría Diocesana de Derechos Humanos cómo creen que hubiera actuado el obispo Sueldo en este momento; por ejemplo, respecto de la situación de quienes estamos aquí; somos 45 familias [nucleadas en el Comité de Lucha contra la Injusticia e Impunidad de Santiago del Estero] que sufrimos los homicidios de nuestros hijos a manos del Estado y vivimos en la injusticia; no hay respuesta sobre la muerte de los chicos; no hay investigación; en los sumarios o expedientes hay inconsistencias; falta el derecho; algunos tenemos el caso cerrado».

Patricia Carolina Isorni mantiene la decisión inquebrantable de seguir caminando y golpeando puertas mientras le queden fuerzas. Denuncia que su hijo Franco Nicolás, estudiante de 23 años, fue torturado de forma espantosa y fusilado por policías el 25 de agosto de 2020. Volvió a pedir el esclarecimiento durante un panel en memoria de Gerardo Sueldo desarrollado el 20 de septiembre en el aula 39 de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y Jurídicas de la Universidad Católica de Santiago del Estero. La conferencia de apertura estuvo a cargo de Juan Carlos Storniolo, colaborador del fallecido obispo.

«Una madre tiene que ir a pedirle al Estado que haga lo que corresponde», se acongojó ella; «me encantaría saber qué me hubiera dicho monseñor Sueldo; Caro, hacé esto o aquello; estas son las herramientas, esto te puede servir; ustedes decían hagan lío; qué podemos usar, qué podemos aprender de su experiencia». La frase coloquial hagan lío fue uno de los latiguillos del Papa Francisco en los comienzos de su pontificado. Storniolo la mencionó junto a otras semejantes del eclesiástico provincial, que de esa forma invitaba al pueblo a tomar la iniciativa para romper el conformismo y la mediocridad.

Carolina asistió a la cita junto a otros familiares de víctimas emblemáticas de los alrededores: Sonia, mamá de Clara Bravo, y Carina y Juan, padres de Felipe Jaimes. Storniolo es titular de la cátedra Doctrina Social de la Iglesia y ejerce como juez de cámara en el fuero penal santiagueño. Colaboró con el pastor homenajeado dentro de la original Secretaría Diocesana de Derechos Humanos. Vidas paralelas: Papa Francisco – Monseñor Gerardo Sueldo, caratuló el discurso de apertura. Otros panelistas fueron Miguel Monjes, Luis Lupieri y Ricardo Cárdenas, asimismo ayudantes estrechos del prelado.

«Ya que hablamos de paralelismos ¿qué podría ser útil en la actualidad del trabajo que ustedes hacían en esa oficina?», planteó la progenitora de Franco; «aquí estamos dos mamás», giró hacia Sonia Córdoba, junto a ella; «está llegando otra familia que viene de Loreto [Carina y Juan Jaimes]; somos muchos ciudadanos; queremos saber, porque es algo que nos interesa, cuáles son las herramientas; no hay un libro ni nada que te prepare para el homicidio de un hijo; nadie está listo para sufrir una cosa como esa, un dolor tan grande; menos para tener que salir a pedir justicia; es algo tan incongruente que excede toda razón».

La reflexión de Carolina se extiende, con intermitencias, entre los minutos 82 y 103 del audio de este relato, que es el mismo del video de YouTube. A pesar de la alevosía del asesinato de su hijo y la operación de encubrimiento, con notable profusión de indicios, el expediente judicial está archivado como un hecho vehicular, un simple accidente. El cuerpo maltrecho y baleado apareció a la vera de una rotonda urbana, igual que su motocicleta. El chango era el mayor de los tres vástagos de ella, tenía el título de auxiliar de Farmacia y cursaba para ser Técnico en Construcción en la Universidad Nacional santiagueña.

Entre cuestiones variopintas, algunas controversiales, los miembros del panel mencionaron una deuda notable de la sociedad y las instituciones locales, aclarar la extraña muerte de Gerardo Sueldo, ocurrida el 4 de septiembre de 1998 de forma abrupta y macabra en un arcano episodio vehicular. El eclesiástico circulaba al volante de un automóvil que misteriosamente salió de control. Ocurrió en un contexto de notoria violencia en su contra por parte del régimen del caudillo Carlos Arturo Juárez. Numerosas voces, incluidos familiares, expertos y autoridades, reclaman una pesquisa que permita alcanzar verdad y justicia.

«Como la jueza [María Luisa Cárdenas de Infante] ha denunciado [en 2004] que ordenaron clausurar la causa [de la muerte del obispo], el proceso de mi hijo está cerrado, aunque tiene un disparo en la cabeza y hay policías que dijeron que vieron caer del cielo un cuerpo; toda la gente dice si hubiera vivido monseñor Sueldo se hubiera puesto de su lado, las cosas hubieran sido distintas, hubiera estado la oficina en la que se desempeñaba el doctor [Storniolo] ¿hay un libro que especifique cómo trabajaban, de qué forma? ¿qué herramientas usaban para ayudar a las familias que nos serían útiles a nosotros?»

La charla se encuadró dentro del programa de conmemoraciones referidas a la designación hace algunos meses de Santiago del Estero como sede arzobispal e iglesia primada de la República. El ponente enumeró algunas de las abundantes carambolas que existen entre el clérigo extinto y el actual pontífice, que eran amigos, nacieron el mismo año y se desempeñaron en simultáneo en puntos diferentes del país. Algunos comentaristas de medios periodísticos nacionales e incluso internacionales especulan con una próxima visita papal directa a la provincia sin pasar por la ciudad de Buenos Aires.

«Hemos tomado de base el proyecto de ustedes», mencionó la mamá de Franco el Informe Santiago del Estero, emitido en 2004 por el Ministerio de Justicia argentino para fundamentar la intervención del distrito; el texto replica dos diagnósticos avalados por la iglesia local, uno de la citada Secretaría Diocesana de Derechos Humanos y otro de la Secretaría de Pastoral Social; «hemos hecho una denuncia similar, pero actualizada; hemos pedido la intervención del Poder Judicial santiagueño; tenemos tres proyectos en el Congreso de la República; han pasado más de 20 años, pero la situación es la misma».

La protagonista de esta crónica preside el mencionado Comité de Lucha contra la Impunidad e Injusticia de Santiago del Estero, que congrega a medio centenar de familias de afligidos por distintas modalidades violentas. El pueblo también las conoce como las Madres del Dolor, apelativo estrenado por otras que con el respaldo de Sueldo caminaron las mismas calles. Carolina y sus camaradas reclaman que ciertos funcionarios sean sometidos a juicio político y la intervención federal del Poder Judicial vernáculo. Ante el silencio del Estado Nacional, evalúan apelar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.