Dolly Demonty: «Tengo latente el crimen de Ezequiel, parece que fue ayer»

23/9/2025

Su hijo contaba 19 años cuando el 14 de septiembre de 2002 fue secuestrado, torturado y ahogado por policías en las aguas del Riachuelo, barrio porteño de Nueva Pompeya. Tres uniformados recibieron perpetua y otros seis penas menores. El domingo 21 de septiembre se conmemoraron los 23 años del hallazgo del cuerpo.

«No sé por donde empezar; primero quiero darles gracias a todos por estar acompañándonos; (…) me pasa en estos tiempos que parece que fue ayer lo que pasó, me acuerdo latente, paso por paso, cómo se fue dando todo; aunque hay cosas que realmente no sé; quiénes eran, quién estaba al lado mío; (…) desde un principio, cuando encontraron el cuerpo de Ezequiel dije que los perdonaba; muchas personas me criticaron por eso; entonces tuve que aclarar que perdonaba al hombre, no el acto del hombre».

Aviso con los mismos versos de Mario Benedetti que leyó Dolly en el homenaje.

Dolores Sigampa habla con el micrófono en la mano de pie sobre el pasto a metros del sitio donde hace 23 años le quitaron la vida a su hijo de 19. Alrededor hay una multitud de familiares, amigos, militantes, autoridades y compañeras del grupo Madres en Lucha Contra la Violencia Institucional. A espaldas de la oradora, a una cuadra y pico, se divisa la gigantesca estructura de hierro del Puente Ezequiel Demonty, rebautizado con el nombre de la víctima por el Congreso de la Nación.

El arreglo floral flotante arrojado a las aguas del Riachuelo.

«Igual, les tengo que confesar algo; de los nueve policías hay uno que todavía no perdoné; lo digo en público porque deseo sanar realmente; (…) pero no quiero entristecerlos, porque Ezequiel era alegría; (…) me gustan las frases, cuando hago las invitaciones busco: no te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo; gracias por acompañarnos».

Dolly y otros familiares aplauden el descubrimiento de la placa.

Su voz abarca más o menos los minutos 26 a 30 del audio de esta nota (cuyo registro suena defectuoso en varios pasajes porque se encuentra saturado). La evocación de ella, que incluye versos del poeta Mario Benedetti, cierra una serie durante la cual el micrófono pasa de mano en mano. Luego de las palabras de los disertantes, la familia como todos los años repartió claveles multicolores entre los presentes y lanzó al agua del Riachuelo un arreglo floral flotante con una foto de Ezequiel.

Dolly rodeada por la multitud que participó del memorial.

Otro instante destacado de la tarde nublada y fresca en el barrio porteño de Nueva Pompeya fue el descubrimiento de una placa en un monolito a la vera del boulevard Ezequiel Demonty, rotulado así por la Legislatura Porteña. «Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor y en el jardín del alma renacerá una flor y temblarán las manos al presentir tu amor», reza el tapial aledaño con un retrato del joven; «podrán cortar las flores, pero no marchitarán la primavera».

Gumercinda Giménez, Dolly Demonty, Rosa Bru y Eugenia Vázquez, integrantes de las Madres en Lucha contra la Violencia Institucional.