Ramón Ramírez: «La golpiza de los policías es lo que mató a Fernando»
22/11/2024
por Lucio Casarini
Su hijo, con 30 años, era padre de dos niños, albañil y futbolista. El 6 de octubre apareció muerto en el Hospital Madariaga de Posadas, Misiones, luego de permanecer en la Comisaría Décima. Numerosos testigos, entre allegados y presos, afirman que fue aprehendido ilegalmente y torturado. El denunciante conserva fotos del cuerpo repleto de contusiones.
«Claramente, los responsables son los policías; los de la motorizada lo detuvieron en primera instancia y lo trasladaron a la Comisaría Décima; salieron a decir que no llevaba documentos; mintieron porque sí tenía; lo apresaron innecesariamente; si pararon a alguien que poseía su identificación y estaba limpio, como era el caso de Fernando, lo deberían haber liberado; alegaron que mi hijo tenía una sustancia, algo que dudo; dijeron que ingirió ciertos gramos de cocaína ¿cómo podemos comprobar eso? a través de la autopsia; estoy pidiendo una segunda autopsia para esclarecer si tomó o le dieron a la fuerza».
Ramón Adelino Ramírez quiere saber la verdad que algún día le reclamarán sus dos nietos, gurrumines de cuatro y cinco años incapaces de comprender una barbarie que de todas maneras siempre resultará absurda. El hijo de la voz del testimonio, Fernando Javier, tenía 30 años cuando el 6 de octubre apareció muerto en el Hospital Madariaga de la ciudad de Posadas, provincia de Misiones, luego de ser encerrado algunas horas en la Comisaría Décima. Numerosos testigos, entre parientes, amigos y presos, denuncian que fue aprehendido ilegalmente, sin justificación, y torturado de manera horrorosa.
«La causa del deceso refiere muerte súbita; eso puede ser si yo voy caminando y me caigo de un paro en el corazón», explica el padre; «por eso es importante que se investigue a fondo la Comisaría Décima, a los de la guardia que estuvieron ese día; a los de la motorizada que lo detuvieron, lo tiraron al piso, lo esposaron, lo golpearon y lo llevaron; al médico forense que hizo la autopsia, sin el consentimiento de los padres, supuestamente el domingo a la madrugada; establece que el tenía algo, una bolsa plástica; de manera preliminar; pero en el certificado de defunción figura otra cosa, muerte súbita».
«Todo está mal escrito, mal hecho; fue todo montado, inventado; hago responsable a la guardia de la Comisaría Décima del barrio A3-2; tanto a ese personal como a la motorizada del barrio Fátima que entregó a Fernando; van a tener que salir a dar explicaciones por la detención arbitraria y el mal procedimiento; por qué lo detuvieron si el llevaba su documento y no tenía nada; conservo los testimonios; el chico que declaró contó todo y hay muchos más testigos que van a ir a hablar; va a salir a la luz que a Fernando lo mataron en la Comisaría como un pobre perejil porque creyeron que no tenía familia».
«Fernando murió a las dos de la mañana del domingo [6 de octubre]; fue detenido a las nueve o nueve y media de la noche [del día 5]; yo me enteré que había fallecido el domingo a las tres de la tarde, a las 15; siendo que el tenía el documento con dirección y todo; tenía la esposa a diez cuadras de la Comisaría; cómo me vine a enterar yo que mi hijo había fallecido tantas horas después; hay irregularidades en lo que se informó de manera preliminar en el parte policial; que a través de los medios de prensa se investigue».
La causa está en manos de Ricardo Walter Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas. La investigación es llevada por René Casals, a cargo de la Fiscalía correspondiente. Los abogados querellantes son Ricardo Sulzerberger y Federico Zamudio. El entrevistado tiene 53 años, trabaja en el rubro de la construcción y vive en la localidad de San Vicente, en el interior provincial. El fallecido era el mayor de seis hijos. Los tres primeros, incluidas dos mujeres, Noelia y Yamila, son fruto de un primer matrimonio. Los tres restantes, varones de 18 y 15, y una niña de siete años, nacieron de la esposa actual.
«No tenemos los nombres de los policías porque nos los negaron tanto en la Comisaría como en la Fiscalía; eso está como secreto de sumario; tampoco tenemos el número de chapa o patente del patrullero de la motorizada; pedí a los abogados que averigüen; la investigación debe arrancar desde que lo detuvieron al ladito de la cancha; por qué lo pararon, por qué lo esposaron, por qué lo golpearon, por qué lo llevaron a la Décima y por qué lo terminaron matando en la Comisaría; hay un libro de guardia de la Comisaría; el fiscal Casals dijo que ese elemento está intervenido; ahí constan los nombres».
Los hechos ocurrieron en un marco limitado de tiempo y espacio. Al ser apresado por miembros de la División Agrupación Motorizada, el fallecido acababa de jugar un partido de fútbol como arquero de su equipo, el Fátima City, que compite en la liga amateur. La aprehensión fue cerca de la cancha, en el barrio de Fátima, pasadas las 21 del sábado 5 de octubre. La Comisaría Décima, adonde lo trasladaron, queda a algunos kilómetros de distancia y el Hospital de Agudos Ramón Madariaga, al que habría arribado muerto en las primeras horas del domingo 6, bastante más lejos, en el centro de Posadas.
«Hasta dos semanas antes del hecho, Fernando trabajaba en la Municipalidad de Garupá en la recolección de residuos; se levantaba a las dos de la mañana, hacía el turno de tres a seis, corría atrás del camión; como el sueldo no le alcanzaba decidió dejar eso y seguir con tareas como las que hago yo; albañilería, electricidad, pintura; conocía Posadas y Garupá de punta a punta, laburó en muchos domicilios y un buen tiempo para el IPRODHA [Instituto Provincial del Desarrollo Habitacional] haciendo casas».
«Era deportista ciento por ciento; era arquero, muy buen arquero; atajaba en tres o cuatro equipos de la ciudad de Posadas; le pagaban para que fuera a jugar; era un laburante y un deportista; me duele que la Policía en el primer informe quiso poner que el era un drogadicto, un vago y hasta un ladrón; esa mentira cayó el lunes o martes cuando yo salí en los medios a desenmascarar a la fuerza y decir la verdad sobre Fernando; jamás pensó la institución que el iba a tener un padre o amigos, miles de amigos que salieron a contar quién era mi hijo; no son uno ni dos ni tres, son miles de amigos; era muy querido».
«Era padre de familia, tenía dos hijos de cuatro y cinco añitos más una nena que criaba junto con su esposa; los pequeños como consecuencia quedaron sin su padre, sin su sostén; todos los años venía a pasar las Fiestas conmigo en el interior de la provincia; viajaba con sus hijos y su esposa; en los últimos meses ingresó en un proceso de separación, porque estaba casado, pero tenía un vínculo muy fluido con la mujer; los dos hijos lo acompañaban a la cancha; tengo fotos y videos; se quedaban hasta la una o dos de la mañana con el; Fernando era una buena persona, muy carismático y muy querido».
«El testigo clave, que fue detenido junto con mi hijo, Federico Castaño, declaró bajo juramento; contó cómo fue el hecho, cómo los detuvieron, la forma en que los trataron y los llevaron a la comisaría; hay otros dos testigos que van a prestar testimonio; todavía no tenemos el resultado oficial de la primera autopsia; conseguimos solo un certificado de defunción que establece que Fernando falleció a las dos de la mañana por muerte súbita; nada que ver con lo que yo ví, pude comprobar que le pasó a mi hijo».
El testimonio de Castaño, acorde lo publicado por el diario El Territorio, contiene precisiones reveladoras. El joven menciona que tres uniformados sometieron físicamente a la víctima dentro de la Comisaría y que el deceso pudo producirse al ser arrojado violentamente a la celda. Al caer golpeó la cabeza, lo que habría derivado en las convulsiones y el desenlace fatal. Ramón conserva fotos que registró cuando fue a la Morgue Judicial a reconocer el cuerpo. Según ha relatado a la prensa local, su hijo quedó destrozado, con algunas costillas rotas y repleto de golpes en la cabeza, los brazos y los genitales.
«Si fue detenido por averiguación de antecedentes, hay algo raro», consideró Constanza Yudar, directora de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, al diario web Misiones Cuatro; «cuando nos enteramos a través de los medios, nos dirigimos inmediatamente a la Comisaría Décima; estamos a la espera de información oficial; hablamos con ellos para conocer qué indicios tienen y qué podemos proporcionarles», agregó sobre la familia de la víctima; «hemos solicitado el parte de autopsia y la documentación relacionada con la detención, así como el contexto en el que se produjo».
«Quiero que esto salga a la luz», continúa Ramón; «lo único que pido es desentrañar la muerte de Fernando para que el día que mis nietos, los hijos de el, tengan diez o doce años, que entiendan la realidad y pregunten por qué mi papá no está, cuál es el motivo, yo pueda contestar por tu padre hicimos justicia, los policías que lo asesinaron están presos; poder decirlo; porque ellos me van a reclamar el día de mañana y yo debo tener una respuesta; por eso estoy peleando para que se esclarezca la muerte de mi hijo».
«Los miembros de la fuerza son violentos, más en esta Comisaría; la Policía para mí es 70-30, 70 malos y 30 buenos; o más o menos, no son todos buenos, tampoco; tuve la oportunidad de formar parte de la Gendarmería y la Policía y no quise; además transcurrí dos años en el Ejército cuando me tocó el servicio militar obligatorio; pertenezco a la última clase que lo hizo; recibí instrucción de todo tipo; integré el regimiento de Infantería Monte 18 de San Javier; entrené como cazador de monte con soldados que vinieron de Australia y Estados Unidos; pero no quise seguir, aunque tenía todo a disposición».
«Yo pediría que la fuerzas que nos representan; tanto la Policía [provincial] como la Gendarmería y la Policía Federal; pero más la Policía [provincial]; estén mejor preparadas, mejor capacitadas; que tengan una instrucción; que pasen por un buen examen psiquiátrico; queda a la vista de todos que hay efectivos que no están a la altura; dicen quiero ser policía y les dan el uniforme; sin entrenamiento en el manejo de las armas, sin siquiera conocer las leyes; me gustaría que lo vea Patricia Bullrich [ministra de Seguridad de la Nación]; que sean auditados, puestos a prueba; que desarrollen la parte humana».
«Que trabajen los recursos humanos; que les den capacitación; el 99,9% de nuestros efectivos carece de preparación; viene de familias humildes; esa es la verdad; nadie me va a dejar mentir; vienen de familias pobres; no de familias bien, de plata, educados, con buenos antecedentes; que empiecen a preparar a los que nos van a cuidar; que los entrenen física y mentalmente; psicológicamente; que sean más humanos; cada uniformado posee una familia; que a la hora de actuar piensen que ellos son padres y tienen hijos; cada ciudadano que muere por el mal accionar de ellos deja a un niño sin el pan de cada día».
«Que se hagan auditorías en las Comisarías; auditorías de recursos humanos para ver cómo trabaja cada policía, cada jefe; cómo se desempeñan, en qué están involucrados; lo pido como padre con el corazón partido; que la Policía [provincial] sea auditada cada tres meses por las fuerzas federales; no por la misma institución; en todo el país, no solo en la provincia de Misiones; se van a dar cuenta de que hay muchas cosas que no se están diciendo y hay que hablar; no voy a vivir con miedo; para mí el blanco es blanco y el negro es negro; no me van a hacer cambiar el color para quedar bien con uno u otro».