María, mamá de Ezequiel Alfonso: «Hay cantidad de muertes que se pueden prevenir»

20/12/2022

«Es tan injusto el hecho de que queden en libertad, que puedan continuar asesinando de manera impune; sigue habiendo accidentes de tránsito; yo los llamaría homicidios al volante, porque si están sabiendo que no tienen que tomar, que no tienen que agarrar el celular conduciendo, no entiendo por qué los continúan llamando accidentes; hasta el día de hoy en la ciudad de Salta sigue habiendo hechos por ebrios al manubrio; en el tiempo que empecé con todo esto regía la tolerancia de alcohol en sangre de cinco no sé cuánto y con los Familiares contra la Impunidad logramos que sea cero; pero el hombre [el homicida de Ezequiel] tenía alcohol; mi lucha no ha sido en vano; lo mismo la Justicia continúa siendo mala, porque lo mismo siguen saliendo libres».

Jorge Ezequiel Alfonso tenía 19 años, estaba de novio, acaba de recibirse de guardia de seguridad privada y vivía en la ciudad de Salta. La madrugada del 7 de diciembre de 2013 volvía caminando de un cumpleaños de 15 junto a su chica, una prima y un amigo cuando un auto por completo fuera de control se subió a la vereda y los embistió sin darles tiempo a nada. El coche lastimó a los tres primeros. Ezequiel recibió heridas gravísimas que provocaron su muerte 28 días después.

El conductor, Julio Ceferino Sánchez, de 48 años, manejaba un remise trucho en evidente estado de ebriedad. El drama ocurrió en la rotonda de avenida 12 de octubre y Virrey Toledo. La familia de Ezequiel tuvo que luchar aproximadamente dos años y medio para lograr que el homicida se sentara en el banquillo de los acusados. El hombre entró a la sala de juicio riéndose. El tribunal lo condenó con un fallo excarcelable, pero la querella apeló y logró que le dieran una pena tras las rejas.

María Ocampo, la mamá del fallecido, denuncia en el testimonio conmovedor de esta nota la «deshumanidad» del sistema judicial en general, que revictimiza de manera cruel y constante los damnificados de distintas formas de violencia. Considera que se trata de un «maltrato psicológico». Ella y los suyos lograron sobrellevar la odisea gracias al apoyo incondicional de dos entidades civiles salteñas, la Comisión de Familiares contra la Impunidad y la Fundación Cintia Fernández.

El Tribuno, 1°/2/2014

SALTA
Familiares de víctimas dijeron presente
En la marcha 150 de la Comisión contra la Impunidad, la tragedia de Quijano fue parte de los reclamos al sistema judicial.

Las decenas de personas que reclaman justicia desde hace más de dos años alrededor de la plaza 9 de Julio cada viernes desde las 19, no solo tienen el deseo de que se cumpla su pedido sino que también tienen coraje, valentía, agallas y perseverancia. Eso las moviliza, como también el dolor y la impotencia de no saber qué hacer ahora que sus vidas ya no serán las mismas de antes. “Creo que perder un hijo es lo peor que te puede pasar”, aseveró Teresa Cardozo, mamá de Gastón Cardozo. Su hijo falleció por un siniestro vial el 5 de noviembre y Teresa hace tres viernes que se unió a la marcha. Ella, como otras 79 madres caminaron alrededor de la plaza 9 de Julio con las fotos de sus hijos en alto para pedir justicia y alcanzar la paz. Esa idea es uno de los preceptos que la Comisión de Familiares contra al Impunidad tiene como lema, al igual que “Juicio oral y público” para los responsables de la muerte de sus hijos. Mientras, caminaron gritaron “presente” al escuchar el nombre de cada uno de los jóvenes que fallecieron. Unas 200 personas con pecheras verdes se congregaron en el centro para la marcha 150 en memoria de Carlos Vera.
El cierre se dio frente a la Catedral, en donde tomaron la palabra los familiares que recientemente se sumaron a la Comisión. Sergio Tapia, papá de Rodrigo Tapia, una de las víctimas de la tragedia de Campo Quijano, fue uno de ellos. Tapia instó a reflexionar a la comunidad salteña expresando: “Yo fui uno más de los indiferentes de la ciudad, pero me tocó vivir este dolor. Por eso les pido que nos ayuden a cambiar las leyes y a que nos escuchen”. Agregó: “Le pido a la ciudadanía que no tomen la marcha diciendo ‘estos ya están haciendo bulla’; sino que les pido que nos ayuden; no por mi, sino por sus hijos”, concluyó entre lágrimas.
Raúl Córdoba, uno de los voceros de la Comisión, también tomó la palabra y reiteró que si es necesario cumplirán 300 marchas en la plaza, porque “el pedido de justicia de los padres y familiares no cesará”.

Nuevas historias

Cada viernes hay una familia nueva o una madre que se suma para pedir justicia. Una de ellas es María Elena Aguirre, mamá de Rodrigo Campero, quien falleció en un siniestro vial el 21 de septiembre de 2013. “No me pude despedir de mi hijo y el que lo atropelló está libre. Hay días que pienso que ya no puedo vivir con esto”, expresó compungida María Elena. La mamá de Alfonso Ezequiel Ocampo, María, contó que a su hijo lo atropellaron el 9 de diciembre y luego de 28 días en terapia intensiva, falleció. “El 31 lo tuve en casa, brindé con él, pero lo peor es que el que lo atropelló sigue suelto, ¿es posible?”, se preguntó.