Claudia Véliz: «En esta plantita se encuentran el amor y la vida de mi Diego»

12/10/2024

El sexto de sus nueve hijos tenía 20 años cuando expiró el 14 de marzo de 2012 tras ser detenido ilegalmente y torturado por policías de Catamarca. Solo tres de los 13 envueltos permanecen presos y nadie responde por el homicidio. Esta nota registra la voz de ella junto al algarrobo puesto en honor del muchacho en el Parque de la Vida, que recuerda a numerosas víctimas.

«Agradezco a la señora María del Carmen, mamá de María Eugenia Rojas, presa de un femicidio ocurrido en 2013; ella es la que llevó a cabo la gestión [para crear el espacio verde] y me propuso erigir esta plantita de algarrobo; a mi Diego lo mató la Policía de Catamarca, de la Comisaría Séptima; 13 uniformados; lo veo reflejado en la vitalidad de la plantita, porque creció con mucha fuerza; es hermosa; dio fruto hace dos años; la algarroba, que es típica de la provincia; esta señora bautizó el sitio Parque de la Vida; solía haber un cartel grande, pero con el pasar del tiempo lo sacaron, alguien lo derribó».

Claudia Liliana Véliz dejó de ir al cementerio hace años, porque se bajonea anímicamente. Prefiere este sitio alternativo como ámbito de memoria. El sexto de sus nueve hijos expiró el 14 de marzo de 2012 tras ser detenido ilegalmente y torturado en la Comisaría Séptima de la ciudad de Catamarca. Solo tres de los achacados por la prueba se encuentran en la cárcel y hasta hoy nadie responde por el homicidio. Luego de la desazón que le produjo el juicio efectuado en 2022, que confirmó la impunidad, ella tiene dudas de que un posible segundo proceso oral y público logre poner las cosas en su lugar.

«Al cartel le cortaron la parte de abajo y lo pararon de nuevo; finalmente lo robaron; no sabemos quién; el terreno tenía sistema de riego, pero se perforaron todas las mangueras, se rompieron; sería un lugar muy bonito si estuviera cuidado; los Gobiernos en general buscan jerarquizarse mediante una obra y pasan por alto el daño que se va haciendo; muchas plantas se secaron; el vandalismo hizo lo suyo; a cuadras de acá hay boliches; rompieron y quebraron arbolitos; a la plantita de mi Diego la orinaban, le dejaban botellas con vino u otras bebidas alcohólicas; realmente está todo abandonado».

«Esto se encuentra entre el Parque Adán Quiroga y el ex Regimiento de Infantería 17; presenté una nota en Mantenimiento de Espacios Verdes hace dos meses; fui en tres oportunidades a hablar con el director; no lo encontré, no estaba, no me podía atender; hasta el momento no tuve respuesta; es lamentable, se manejan así; me tocó en alguna oportunidad entrar a una oficina; estaban sentados haciendo nada, realmente; con lo poco que yo les pedía, como conservar este predio, que tenga su sistema de agua; los espacios verdes se necesitan al norte de nuestra provincia; hay calores terribles, muy intensos».

En septiembre volvió a prisión Ricardo Javier Varela, uno de los castigados con cárcel efectiva (los otros son Gustavo Eduardo Bulacios y Ricardo Darío Barrera). Además, Fabián Vizcarra y Nelson Bayón quedaron investigados. Esto abre un nuevo proceso judicial. La querella señala en total a 13 implicados. Claudio Yani Nieva cumple una pena excarcelable. Ramón Ariel Quevedo, subcomisario, y Jorge Duilio Montivero se encuentran absueltos. Los demás son Rafael Dionisio Méndez, comisario (murió en 2022); Pedro Hilario Moya; María del Carmen Gadalupe Acevedo; José Daniel Sotomayor; y el médico policial Duilio Gallo Canciani.

«En esta plantita de mi ángel Diego están la vida y el amor de el; ese amor tan grande que tenía mi hijo, ese corazón tan noble; eso es lo que era el; el algarrobo creció con mucha fuerza, vigor y alegría; en este arbolito veo a mi hijo; no como quisiera, pero es la vida de el; la vida que truncaron, que le arrancaron 13 policías con mucha maldad; se ensañaron con el, un jovencito de solo 20 años que no le hacía mal a nadie; por eso se aprovecharon de el; porque no era capaz de levantar la voz siquiera; duele; sí que duele; duele no tenerlo; lo busco en los niños, en la música y en esta plantita de algarrobo».

«El día de la inauguración vinimos los parientes de las víctimas, nos dieron el arbolito y cada uno plantó el suyo; para mí representa muchísimo, tiene un gran valor; lo hicimos con mi familia; fue un día de lluvia; vinimos con piloto y paraguas; en cada punto había un cartel de chapa muy firme; el nuestro dice Diego Pachao; con mis nietitos usamos cinta de señalización, que se refleja de noche, para hacerle adornitos, corazoncitos; el árbol poseía un tutor [poste o palo de madera] que lo tenía de pie, porque es un lugar muy ventoso; en la inauguración le habíamos escrito el nombre de todos mis hijos y nietitos».

«Lamentablemente, lo sacaron [el tutor]; un acto de vandalismo, gente que quiere hacer daño; ahora con mis nietitos pusimos los nombres en el tronco; Alex y tío Diego; Jazmín y tío Diego; Julieta y tío Diego; Mía y tío Diego; Luciano y tío Diego; Oliver y tío Diego; Mely y tío Diego; Maité y tío Diego; Kiara y tío Diego…; el nombre de cada uno con el de el; una de mis hijas escribió Alejandra y Diego; yo puse Diego y Mami se aman; porque nos amamos, a pesar de que físicamente no está; sé que me sigue amando; yo lo amo con toda mi fuerza, con todo el amor que tengo, a pesar de tanto daño que nos hicieron».

El juicio oral y público urdido en 2022 en la Cámara Criminal 2 catamarqueña consideró probada la responsabilidad de Bulacios (16 años de cárcel por privación ilegítima de la libertad y tortura), Barrera (ocho años por tortura), Varela (cuatro años por vejaciones agravadas) y Nieva (dos años y medio por vejaciones, de cumplimiento en libertad). Los tres primeros fueron enviados tras las rejas de inmediato. Quevedo y Montiveros recibieron el beneficio de la duda. En 2023, el veredicto fue confirmado por la Corte de Justicia de la provincia, que breve lapso después sin embargo revocó la prisión de Varela.

«Con el paso del tiempo, al no tener riego o mantenimiento, el viento zonda arranca los árboles; como pasó hace dos años en el Parque Adán Quiroga; se llevó no sé cuántos ejemplares; son ráfagas muy fuertes; la verdad es que por ahí me voy del tema, pero me da mucha bronca que se abandonen, no solamente este lugar en que está la planta de mi Diego, sino tantos más que terminan destruyéndose, quedan en la nada, cuando se trabajó con material y plata nuestra, del pueblo, nosotros, los más humildes; solamente por peleas entre los diferentes Gobiernos dejan abandonadas obras tan bonitas».

El drama suma tres fallecidos, pues Telmo Alejandro Pachao, papá de la víctima e impulsor destacado de la denuncia, y Leonel González, amigo de Diego y principal testigo del crimen de este, perdieron la vida en circunstancias extrañas nunca investigadas. Telmo fue hallado con la cabeza rota al borde de una calle. Dos policías que se habrían declarado únicos observadores presenciales dijeron que el hombre chocó solo contra un árbol mientras circulaba en moto. Ocurrió en 2017. Leonel apareció ahorcado en otro árbol, en el dique El Jumeal, un espacio público, con medio cuerpo sumergido en el agua. Sucedió en 2019.

«Para regarla uso bidones de diez litros; traigo dos en mi bici», menciona su medio de transporte cotidiano; «en un tiempo la agarraron las hormigas, es natural sin mantenimiento; es la plantita que yo amo; coloqué un tronco [cortado que sirve como asiento] con mis hijos y planté algunos brotes más con mis nietitos; quiero que sea mi espacio para estar con el y tomar mate; dejé de ir al cementerio porque me hacía mal, me quedaba todo el día; acá está la vida de mi hijo; aunque no físicamente; creció con la fuerza que tenía el; la amo, le rezo, le doy besitos; por más que parezca ridículo o una estupidez».

«Tengo mis problemas de salud; artrosis, fibromialgia y cuántas cosas más; enfermedades, dolencias físicas; sin embargo, tengo que humedecerla de esta manera; cuando hay camiones regadores que podrían pasar por acá a los que no les cuesta nada; como le dije el otro día a un chofer que había estacionado en el Club Hípico [frente al parque]; se le había roto el camión y estaba tirando el agua para desocuparlo; fui con los mismos bidones que ya había vertido; los cargué con lo que se estaba desperdiciando; le pregunté si podía acercarse a rociar las plantitas y me dijo que el vehículo tenía un desperfecto».

La Ley Diego consiste en una reforma jurídica inspirada en la brega de Claudia. El autor del proyecto es Luis Rodríguez, experto en derechos de niños y jóvenes. Busca, ni más ni menos, la vigencia efectiva de la Constitución Nacional. El primer reto es el parlamento provincial. Luego vendría el Congreso de la República. Entre varios hitos cruciales, están en juego las facultades extraordinarias de la Policía. Como el estatuto que avala las detenciones arbitrarias (sin orden de un juez) «por averiguación de actividades, antecedentes o medios de vida». Ese es el atropello inicial que sufrió el hijo de la voz de esta nota. Justamente.

«Hay muchas víctimas más con sus plantas y cartelitos; son damnificados de la provincia de Catamarca; la mayoría padeció hechos de tránsito; una excepción es María Eugenia Rojas, psicóloga muerta por [Damián] Bebe Cano, femicida; otra es mi Diego, asesinado por policías; el lugar sería muy lindo conservado; lo he pedido a quienes compete, como Francisco Sosa, concejal de nuestro barrio; le solicité reponer el sistema de riego y el cartel, además instalar la iluminación; hace dos años que vengo tramitando las gestiones con este funcionario; ahora es presidente del Concejo Deliberante».

«Agradezco a Dios porque me permite esto; todo esto lo puedo gracias a Dios; no es mi fuerza, es la fuerza de Dios, el amor de Dios; el amor mueve muchas cosas, mueve barreras; aquí está el amor de Diego, en esta plantita; ojalá que nadie le haga daño; me lastimarían bastante y lo lastimarían una vez más a el».