Vanessa Pocasangre: «El trabajo infantil tiene altos índices en muchos sitios»

17/4/2024

por Lucio Casarini

La socióloga, politóloga e historiadora salvadoreña hizo su diagnóstico en el Tercer Foro Regional de América Latina contra la Esclavitud Moderna, que reunió a afectados, especialistas y otros. Ella es miembro de la Organización Internacional del Trabajo. Forma parte del equipo del despacho para México y Cuba como oficial técnica de Migración laboral y movilidad humana.

«El trabajo forzoso es todo servicio exigido a una persona bajo amenaza o coacción; el afectado no lo hace de manera voluntaria; esta práctica debe ser condenada como delito penal con los castigos adecuados; en el contexto de creciente migración está vinculado con la trata de personas y otros dilemas, pero no son lo mismo; según cálculos globales, el 80 por ciento del trabajo forzoso ocurre en el sector privado; en muchos países prolifera dentro de las cárceles; se deben llevar a cabo procesos o juicios para sancionarlo; se debe proteger a las víctimas y promover medidas de reparación, incluidas indemnizaciones…».

Vanessa Pocasangre Mijango es salvadoreña, socióloga, máster en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, ​​y especialista en Cultura e Historia latinoamericana. Se desempeña desde 2013 dentro de la Organización Internacional del Trabajo (organismo especializado de las Naciones Unidas) en temas vinculados con migración laboral, género, prevención de la discriminación en el mundo del trabajo, empleo juvenil, entre otros. Desde 2020 forma parte del equipo de la oficina para México y Cuba como oficial técnica de Migración laboral y movilidad humana.

Esta nota reproduce sus palabras en el contexto del Tercer Foro Regional de América Latina contra la Esclavitud Moderna. La debida diligencia en derechos humanos como mecanismo para combatir el trabajo forzoso y la trata de personas, fue el tema panorámico del congreso, que se desarrolló de manera virtual y contó con la presencia de variados panelistas de numerosos países de la región y Europa. La idea básica del planteo es que las empresas, como actores relevantes de la economía mundial, deben aceptar su considerable responsabilidad en la protección de los derechos humanos y actuar en consecuencia.

El Foro contra la Esclavitud Moderna, que se replica en otras zonas del planeta, intenta reunir todas las partes. Líderes y agencias gubernamentales, sobrevivientes, empresas y corporaciones, sindicatos, ONG, agencias de las Naciones Unidas, coaliciones regionales y locales, investigadores, financiadores. «Es un espacio comunitario», según Bukeni Waruzi, congoleño que dirige la entidad humanitaria Liberen a los Esclavos (Freetheslaves.net), «en el que el diálogo abierto y honesto ayuda a respaldar los esfuerzos individuales a través del pensamiento colectivo y la resolución de problemas».