Silvia Fredes: «En cada pincelada de amor de este mural Martina sigue trascendiendo»

«Rogamos que cada uno de los que está luchando por justicia la tenga», dijo la mamá al descubrir una placa junto a la pintura Flores para Martina de la plaza John Malcolm, barrio porteño de Villa Crespo. Su hija contaba 16 años cuando fue muerta por un automovilista en 2016.

 24/12/2021

«Flores para Martina», dice el rectángulo de mármol blanco sobre la pared celeste; «declarado mural de interés cultural; Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires». A su lado hay un enorme retrato sonriente de la protagonista, de unos dos metros de alto, escoltado por el de Frida Kahlo a la izquierda y el de la Madre Teresa de Calcuta a la derecha. Los tres rostros están sobre fondo color cielo, entre mariposas azules y margaritas amarillas de tallos verdes.

Silvia Fredes, de la Asociación Civil Madres del Dolor, y su esposo Oscar Miranda, padres de la adolescente asesinada por un automovilista, lideraron la inauguración de la piedra el 7 de octubre en la plaza John Malcolm del barrio porteño de Villa Crespo. Entre quienes los acompañaron se destacan Ariel Álvarez Palma, legislador (UCR-Evolución) que promovió el letrero, y Victoria Ferreyra, autora de la obra artística e iniciadora de la Fundación Pinta Argentina.

«Se declara de interés cultural de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el mural Flores para Martina, cito en Gurruchaga 1070, realizado en homenaje a Martina Miranda y con el fin de generar mayor conciencia vial», leyó la maestra de ceremonias como apertura. Otros familiares de víctimas de hechos viales presentes fueron Cristina y Enrique Schott, padres de Juan Enrique, y Nelvi Volders, mamá de Sofía Oswald, cuyo homicida sería condenado poco después por la justicia porteña.

Darío Ferrer, responsable de la Unidad de Proyectos Especiales en la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, participó en nombre del Gobierno porteño. Silvia Irigaray, mamá de Maximiliano Tasca, lo hizo como integrante de la ACMdD, acompañada por Betty Ledesma. También estuvieron Gabriel Becker y David Berstein, abogados de los Miranda; Alejandra Zuccoli, del Laboratorio del Disfrute de la Universidad de Palermo; y Gabriela Copia, amiga de los padres de la homenajeada, entre distintos allegados.

El crimen de Martina ocurrió el 14 de febrero de 2016 cuando ella volvía caminando con su novio de celebrar el Día de los Enamorados. La chica se adelantó un paso para cruzar la avenida Scalabrini Ortiz en la intersección con Vera, cuando un Chevrolet Corsa conducido por Damián Villanueva, de 24 años, pasó el semáforo en rojo excedido de velocidad, embistió a la adolescente, que murió de forma instantánea, y escapó. El prófugo, que tenía antecedentes de adicciones, apareció ahorcado en su casa dos días después.

Oscar y Silvia, papás de Martina, junto a la placa sobre el mural, acompañados por Victoria Ferreyra, Ariel Álvarez Palma y otros.

«Concientizar de otra forma»

«Quiero agradecerles a todos y cada uno de ustedes, que siempre nos acompañan en cada paso», dijo Silvia, la mamá de Martina, junto a Oscar, el papá; «agradecerle a Victoria, que es la que puso las pinceladas; sobre todo agradecerle a Ariel, que es el legislador que vino a conocer el lugar, se comprometió, se conmovió y conoció la historia de Martina y cómo llegamos a transformar la plaza en arte, sin necesidad de hacerlo algo tan trágico».

«En cada pincelada de amor de este mural, Martina sigue trascendiendo; creo que el entendió que se puede concientizar de otra forma; no solamente con los spots de: no tomes si vas a manejar, no uses el celular; sino con este lugar para que los chicos vengan a divertirse, a jugar y a saber que hay una víctima de tránsito que vive en esta plaza».

«Agradezco especialmente a cada uno de los familiares con quienes venimos luchando, haciendo diferentes actos para concientizar, acompañando, como vamos a estar acompañando a Nelvi Volders; es el juicio de Sofía, está esperando que se haga justicia por ella, algo que nosotros no pudimos hacer por Martina; rogamos que cada uno de los que está luchando por justicia la tenga, porque la merecen».

«Quiero agradecerles a todos, especialmente a a mis amigos, a Vicky, a Darío, al legislador Ariel, a la Comuna 15 y a todo el barrio de Villa Crespo, que nos viene apoyando, nos viene alentando y viene cuidando la plaza».

Oscar y Silvia, papás de Martina, junto a la placa sobre el mural, en compañía de allegadas.

«Amor por el otro»

«Hay que generar conciencia, asumir una actitud de empatía y prevenir», dijo Victoria Ferreyra; «esto es simplemente un mural que representa el amor por el otro, en este caso la vida de Martina, que ya no está con nosotros; siempre creo que es mejor ver en un paseo de murales que en un cementerio a la persona que querés; gracias a Silvia y Oscar por confiar y sumarme a esta causa; lamento mucho el dolor de todos ustedes».

«Pongo el ejemplo de cuando Silvia me dijo que quería pintar un pedacito y [pude] ver los ojos de una persona a la que le mataron una hija; no hay pincelada ni metros [de mural] que puedan acompañar semejante dolor; así que lo lamento en el alma y ojalá que se haga justicia por estos hechos».

Oscar, Martina y Silvia en la playa.

«Venía a esta plaza»

«Con Silvia, Oscar y Victoria vinimos un día, recorrimos la plaza», dijo Ariel Álvarez Palma; «una cosa conmovedora fue las charlas que tuvieron Silvia y Vicky: qué hacer acá, cómo recordar a Martina; y lo que dijo Vicky: que ella pinta vida, que había que recordar a Martina de esa forma y era también otra manera de concientizar; Martina, contado por Oscar, venía a esta plaza; ella iba al colegio por acá, era un lugar que le pertenecía; me pareció que eso cerraba la historia».

«Lo otro que me pareció muy interesante, que Vicky me contó, es que cuando pintaron todos estos murales, los compañeros de Martina vinieron y pintaron con ellos; me parece que eso es trascendental, es la forma de mantener viva a Martina».

«Yo solamente fui la persona que hizo posible poner esta placa; es el primer hecho vial que se declara de interés, me parece que la historia lo vale; la lucha que tenemos que dar sobre esta situación trágica; me contaron Silvia y Oscar que el muchacho que atropelló a Martina después se suicidó, es una tragedia tras otra; me parece importante este lugar, que la va a mantener siempre viva».

«Trascender es seguir viviendo»

El mural Flores para Martina, inaugurado este año, es el más grande de la Ciudad de Buenos Aires. Abarca 1600 metros cuadrados de pared, la superficie de una cancha de fútbol profesional, cubiertos por Victoria Ferreyra durante 40 días de trabajo con 400 litros de látex donados por el empresario Cristian Pugliese. La creación embellece los dos tapiales que delimitan este paseo que conecta las calles Gurruchaga y Serrano, atravesando la manzana que estas forman con Jufré y Castillo.

Silvia, la mamá de Martina, contactó a Ferreyra tras conocer una obra pictórica, también al aire libre, que esta hizo en el Parque Las Heras, otro espacio verde porteño, en memoria de Lola Chomnalez, víctima de la violencia sexual. La plaza John Malcolm, que antes se llamaba Gurruchaga, estrenó nombre meses atrás por iniciativa de la Asociación Escocesa Argentina. La denominación recuerda a un inmigrante de ese origen que fue vecino destacado de la zona.

Flores para Martina incluye dos retratos de la hija de Silvia y Oscar. Uno, ubicado cerca de la calle Serrano, es el enorme rostro sonriente de la joven junto a los de Frida Kahlo y la Madre Teresa de Calcuta. El otro, cercano a la calle Gurruchaga, ilustra a la chica de cuerpo entero, igualmente con unos dos metros de alto, y ataviada con vestido celeste hasta el piso, alas de igual tono y un ramo de rosas carmesí en la mano derecha.

Junto a esta segunda figura se lee el eslogan en letras blancas cursivas: «trascender es seguir viviendo», frase pronunciada por Juan Alberto Badía, el presentador televisivo, antes de morir en 2012 como consecuencia de una enfermedad terminal. Todo sobre superficie granate, y con base de margaritas blancas y rojas. En otro pasaje de la gigantesca pintura hay una pareja de elefantes y otra de colibrís que honran el Día de los Enamorados.

Retrato de Martina cercano a la calle Gurruchaga.

«Diseñados para el disfrute»

«Conocí a Martina por esa sonrisa que tenía Silvia», dijo Alejandra Zuccoli, «al verla cuando estaba conduciendo con Carlos Clerici, mi marido, como todos los años, la entrega de premios Luchemos por la Vida; Carlos dice en la campaña publicitaria: no tome, el alcohol al volante mata; vi a los padres de Martina, Oscar y Silvia, que estaban sentados; en esa circunstancia uno piensa: cómo hacés para seguir adelante».

«En la sonrisa de Silvia entendí que Martina tenía algo para seguir trascendiendo, Martina se fue un 14 de febrero; dirijo un Laboratorio de Disfrute en la Universidad de Palermo, tiene que ver con la alegría; si no, nadie presta atención; si te duele mucho, te vas; la persona dice: no, adiós; entonces, qué desafío encontrarme con Martina un 14 de febrero; dije: esto es para mí».

«En su momento, Vicky dejó que los chicos empezaran a pintar; se sentían parte de la experiencia y Martina empezaba a vivir otra vez, porque vive en cada una de estas paredes; al lado de semejantes mujeres [Frida Kahlo y Teresa de Calcuta], que trabajaron desde el dolor y desde el arte, y desde el amor, al lado de la muerte; la muerte no existe si uno se viene a parar acá y ve cómo estos colores trascienden; párense un día acá; los transeúntes creen que Martina es un hada y preguntan y les interesa».

Los artistas trabajando en el mural, verano de 2021.

Silvia, mamá de Martina, con Alejandra Zuccoli (retratadora) y otra allegada.

«Acá está un responsable de Transporte [Darío Ferrer]; si nosotros entráramos desde la alegría y el color, desde la sonrisa de Martina, que a los 16 años nos dejó su gran sonrisa, que nos llama la atención, nos congela el alma; pero si Silvia y cada padre puede trascender ese dolor, se convierte en pasión y salva miles de vidas; es un milagro, es puro amor; Vicky, con toda tu fuerza, con todas tus ganas, con esto que hiciste, te pasaste, pusiste el cuerpo; Sil, acompañando y cada uno de ustedes que pasa y los chicos que pasan; hasta Juan Alberto Badía: trascender es seguir viviendo; nos inspiran la dulce compañía, este patio es de dulce compañía».

«Martina trasciende la tragedia, nos vuelve más amorosos, su historia es de una sonrisa; por todos los chicos que pintaron para trascender el dolor en dulce compañía, porque si estamos juntos, todo se pasa; gracias, Martu [como le decían a la chica], gracias a cada uno de los que están acá; elijan su pincelada favorita; estamos juntos, para eso somos humanos; estamos diseñados para la alegría, el disfrute y el gozo; si nos subimos a la belleza, eso aparece; Martina me lo enseñó en la sonrisa de Silvia».

Oscar y Silvia, papás de Martina, junto a la placa sobre el mural.

«Lucha con colores»

«Es maravilloso que las personas, las personitas chiquitas y los grandes que pasen por acá pregunten: por qué está ella ahí; y que siempre aparezca alguien que diga: por esto, por esto y por esto», dijo Silvia Irigaray en la inauguración de la placa; «de eso se trata que el otro tome conciencia; es un momento hermoso, porque no los hace caer en el dolor [a los padres], los hace entrar en la creación, acompañados por una artista o por un legislador que dice: yo me encargo».

«Esto va para todos, siempre, para cada uno de los familiares, que tienen que luchar y luchar; lo mejor que puede recibir un hijo, una hija, un ser amado, es esto, es lucha con colores, los colores son amor; el arte hace que con el tiempo estén, que estén permanentemente; los felicito, es lindo estar acá, es un día maravilloso».