Silvia Bignami: «Exigimos que se concrete al fin la expropiación de Cromañón»
31/12/2023
por Lucio Casarini
La mamá de Julián Rozengardt lanzó el reclamo durante un homenaje conmovedor realizado en la Plaza de Mayo por el 19 aniversario de la masacre. Su hijo tenía 18 cuando perdió la vida en el boliche del barrio porteño de Once. Con al menos 194 muertos y miles de heridos (la polémica sobre estas cifras es uno de numerosos debates abiertos), el incendio ocurrido el 30 de diciembre de 2004 es la mayor hecatombe de la historia del rock en todo el mundo. Luego del horror, ella se unió a otros afligidos en el Movimiento Cromañón y fue impulsora fundamental del reclamo para condenar a los responsables materiales e institucionales, entre otras batallas.
«Queremos expresar varias cosas; la primera, preocupación por el recorte de las libertades democráticas que parece que se avecina», introdujo Silvia Bignami en el escenario montado junto a la Pirámide de Mayo, ante una multitud nutrida; «nosotros siempre marchamos por nuestros muertos, hoy [en el 19 aniversario de la masacre de Cromañón] vamos a marchar por ellos y por nuestros vivos», proclamó la mamá de Julián Rozengardt, que tenía 18 cuando falleció en el boliche del barrio de Once el 30 de diciembre de 2004; ella usó uno de los dos micrófonos; a su lado se ubicó Raúl Morales, papá de Sofía Victoria, que tenía 17 al convertirse en presa de la misma infamia; «protestar es un derecho, homenajear es un derecho, la memoria es un derecho y un deber».
«Segundo punto; tenemos preocupación por el mayor corrimiento del Estado de sus obligaciones; no nos podemos olvidar que ese corrimiento del Estado, esa negligencia provocó Cromañón y nos preguntamos: si el Estado se corre, ¿adónde va y cómo se podría concretar la expropiación que ganamos en la calle y que legitimó el Poder Legislativo?», invocó la medida sancionada en 2022 por el Congreso de la República, que aún debe reglamentarse; una aspiración de los afectados es que el edificio del desastre sea museo histórico nacional; «el Estado no tiene que correrse, tiene que cumplir sus obligaciones».
«Tercera cosa; tenemos preocupación por el futuro de los jóvenes; con recorte a la salud pública, recorte a la educación y un proyecto de ley que tiende a legitimar el gatillo fácil; no lo vamos a aceptar; los jóvenes tienen derechos», agregó la referente del Movimiento Cromañón, una de las peñas de demandantes. «Cuarta cosa; exigencia al nuevo secretario de Derechos Humanos, el exjuez [Alberto] Baños, de que nos reciba, que escuche a los sobrevivientes y familiares, que concrete por fin la expropiación. Tomando en cuenta que les vamos a recordar en las calles que los pibes de Cromañón están presentes ahora y siempre».
Convertir en espacio de homenaje el inmueble donde ocurrió la barbarie es uno de los mayores desafíos pendientes. Un paso fundamental suplementario es crear un fondo de reparación. Estos peldaños coronarían la batalla judicial e institucional apoteósica desarrollada por los afectados de la mayor hecatombe de la historia del rock en todo el mundo, con al menos 194 muertos y miles de heridos. La polémica sobre estas cifras es uno de numerosos debates abiertos.
Como principales culpables materiales fueron sentenciados Omar Chabán, gerente del predio (muerto en 2014); Rafael Levy, propietario; Diego Argañaraz, mánager de Callejeros; y Carlos Díaz, subcomisario. El máximo responsable político es Aníbal Ibarra, jefe de Gobierno de la Ciudad, que fue destituido.
Otros convictos son los músicos: Patricio Fontanet, cantante, Maximiliano Djerfy, Elio Delgado, Cristian Torrejón, Juan Carbone y Eduardo Vázquez, baterista. Este sumó la cadena perpetua por el crimen de su esposa, Wanda Taddei, perpetrado en 2010; la roció con alcohol y prendió fuego durante una discusión. Más castigados por el desastre del boliche: Fabiana Fiszbin, Ana María Fernández, Gustavo Torres y Roberto Calderini, funcionarios porteños; Rubén Fuerte y Luis Perucca, empresarios; Alberto Corvellini, Marcelo Nodar y Marcelo Esnok, integrantes de Bomberos de la Policía Federal.
Memoria, verdad y justicia
Los damnificados difundieron, bajo el rótulo Más que nunca: memoria, verdad y justicia, un comunicado de prensa en el que sintetizan su brega, los logros alcanzados y los objetivos pendientes:
A 19 años de la Masacre de Cromañón y a 40 años de democracia, seguiremos habitando la calle como espacio de reclamo ante todas las injusticias, especialmente las que tienen al Estado como responsable. Insistimos en hacer memoria, porque la muerte de 194 personas, mayormente jóvenes, fue consecuencia de responsabilidades políticas pero también empresariales vinculadas al afán de lucro y al “sálvese quien pueda”.
Exigimos justicia no sólo como reparación hacia nosotrxs como sobrevivientes y familiares, sino también como protección para juventudes y futuras generaciones. Un país sin Memoria ni Justicia no tiene futuro.
Dos pilares fundamentales de esa lucha fueron la calle y el reclamo ante las instituciones públicas, dos instancias garantizadas por la democracia. Una democracia débil e insuficiente, pero una democracia cuyos logros no pueden avasallarse. En estos 19 años transitamos juicios penales buscando condenas a la altura de los hechos, un Juicio político al máximo responsable político de la Masacre Aníbal Ibarra, reclamamos una ley de reparación más justa, por la expropiación de Cromañón y el encuentro en las calles con otras causas que acompañamos y nos acompañan.
40 años de democracia, no pueden ser tirados por la borda ni ayer ni hoy. La posibilidad de reclamar sin ser criminalizados debe defenderse como un logro de del pueblo, no de ningún funcionario. Por el mismo motivo, ningún funcionario puede barrerlo arbitrariamente.
A fines de 2018, el Tribunal Oral 24 entregó las llaves de Cromañón a uno de los condenados, Rafael Levy, miembro de sociedades off shore como Nueva Zarelux y Lagarto SA, que sigue en posesión del ex boliche. Y este señor comenzó a atacar la memoria de nuestros pibes rompiendo el lugar y tirando las pertenencias de las víctimas, como si fueran algo descartable. Ante esta repudiable decisión de los jueces y la violación de la memoria de Levy, comenzamos un largo camino para reclamar la expropiación, que nos fue negada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en un comienzo.
Luego de, una vez más, innumerables presentaciones a instituciones de todos los poderes del Estado y de manifestarnos pública y libremente, la Ley de Expropiación fue sancionada por el Congreso nacional en 2022 en consenso por parte de todo el arco político y de organizaciones de familiares y sobrevivientes.
Esto demostró que Cromañón es un hecho que nos atravesó a todos y todas, la muerte joven en manos del Estado obliga a dar respuestas con políticas públicas.
Un Estado que es responsable de muertes evitables también debe ser responsable de reparar a sus víctimas y de dirigir un mensaje por el Nunca Más a toda la sociedad.
Durante todo el 2023 reclamamos que esa Ley se reglamente e inicie el proceso expropiatorio de una vez. Nuevamente, nos tocó golpear puertas, movilizarnos y hacernos presentes a través de distintas vías de expresión. Logramos consensuar una reglamentación para el Espacio de Memoria, que disponía paridad entre víctimas y el Estado en la gestión, para que las agrupaciones de víctimas seamos realmente escuchadas. En definitiva, buscábamos que nuestra voz y nuestra propia forma de hacer memoria no fuera tergiversada por los intereses del gobierno de turno.
Pero el entonces Presidente de la Nación, Alberto Fernández, asesorado por su Secretaria Legal Vilma Ibarra, decidió quitarnos la paridad e impuso una reglamentación con participación minoritaria de las víctimas, dejándonos expuestos a que nuestra voz sea desestimada por el gobierno entrante. Un gobierno que hasta ahora, en boca de la vicepresidenta, se ha expresado en contra de las políticas de memoria, rompiendo consensos que parecían logrados, sobre el repudio a la dictadura y el rechazo a cualquier violación de los derechos humanos en democracia, cuando no se han burlado de otros reclamos históricos que forma parte de la historia reciente en nuestro país.
Nuestra respuesta siempre es la lucha, la participación y el compromiso colectivo. Exigimos al estado que culmine con el proceso expropiatorio, cumpliendo la ley votada, y que comience a construirse el Espacio de Memoria.
Cromañón demostró lo más turbio del cruce entre los negocios empresarios y la corrupción estatal. Mientras unos aumentaban la recaudación vendiendo entradas ilegales y cerrando puertas con candado, otros hacían la vista gorda para asegurar el circuito de la coima. El lucro privado llevó a la muerte a 194 jóvenes y arruinó para siempre la vida de sus familias y sobrevivientes.
Después de la masacre, aparecieron otros empresarios, que quieren ser como Chabán, usando a los jóvenes como mercancía. Hace apenas unos días vimos otro ejemplo en la fiesta Bresh en el Hipódromo de Palermo: a pesar de las innumerables alertas por un temporal sobre Buenos Aires, los organizadores del evento no quisieron cancelarlo para no resignar ganancias, poniendo en riesgo a miles de pibes y pibas, que debieron huir del lugar, algunos con heridas diversas. E incluso cuando quisieron reclamar en las redes sociales, los chabanes de la fiesta los censuraron una y otra vez.
Siempre lo dijimos: la música no mata, pero sí lo hacen los negocios corruptos, la maximización de ganancia a cualquier precio.
Por estos motivos sería inaceptable que a las puertas de un Espacio de Memoria Colectivo por la Masacre, se acercara cualquiera de los responsables de la masacre, condenados en los diferentes juicios.
En el marco de nuestro reclamo para que el estado –gobierne quien gobierne- se haga cargo de las víctimas que genera, denunciamos una vez más que a 19 años, el Poder Judicial sigue dilatando procesos en los Juicios civiles, hasta el punto de generar su prescripción.
El año 2024 es el último de vigencia de la Ley de Reparación Integral, una norma de cumplimiento obligatorio para el Gobierno de la Ciudad. Advertimos desde ahora al nuevo jefe de gobierno Jorge Macri y los legisladores que los derechos adquiridos, a fuerza de innumerables movilizaciones, los defenderemos siempre.
Defendemos los derechos humanos de ayer, los de hoy y los de siempre. En nuestro país vivimos años de brutal violencia perpetrada por el terrorismo de Estado en interrupción del Estado de Derecho. Vemos con preocupación la emergencia de grupos polarizados que promueven la violencia política y que impulsan hechos gravísimos que se sustentan en discursos totalitarios: racistas, xenófobos, discriminatorios, clasistas, misóginos, etc.
Actualmente, esta polarización está siendo fogoneada por el Estado y vemos con profunda preocupación el avance sobre las instituciones, y sobre todo logro del pueblo, mediante medidas de gobierno, decretos de necesidad y urgencia y presentación de leyes en el Congreso nacional. Se palpita la criminalización de la protesta, a través del Protocolo Bullrich y de una andanada de limitaciones sobre la libertad de expresión.
Criminalización de la protesta, estigmatización de los sectores vulnerados como “peligrosos” o “vagos” frente a una supuesta “gente de bien” que aparentemente sería aquella que apoya todas las restricciones y no reclama.
Las recetas económicas planteadas hasta ahora sólo serán posibles con represión, tal como lo vimos en la dictadura del 76 al 83 y en los 90, resultando en el estallido del 2001, donde los sectores de poder impusieron un estado de sitio que dejó un saldo de 39 muertos.
Y ¿por qué veríamos nosotros y nosotras, simples víctimas de Cromañón, con preocupación la instauración de estos esquemas económicos extremos? Porque en nuestra experiencia, cuando el Estado deja que cualquier privado avance de manera irrestricta, sin presencia ni controles de ningún tipo, se pone en riesgo la integridad y la vida de las personas. Se generan, nuevamente, las condiciones de precariedad que dieron origen a masacres como la de Cromañón.
Estos 19 años supimos enfrentar al dolor, transitarlo y a pesar de él, construir las estrategias para organizarnos y llevar adelante esta lucha que no da tregua.
Entendemos la importancia de no bajar los brazos, de ocupar la calle, de encontrarnos y dialogar para llegar a acuerdos y defender lo que nos corresponde. Pareciera que nos quieren ver abatidas, abatidos; que nos quieren ver como sujetos alienados por la precarización laboral, el vaciamiento de nuestro salario y la incertidumbre permanente por la crisis económica, la quita de derechos y la negación de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra identidad. No nos es ajeno el contexto, porque Cromañón formó parte de las lógicas que hoy intentan imponer para el país entero. Sí que la vemos, vemos el atropello hacia el pueblo, los negocios de los banqueros y los empresarios, de las grandes financieras, de los monopolios de la alimentación o de los medios de comunicación. Vemos cómo un puñado de gente, de manera soberbia y despiadada toma para sí lo que es todas y todos, lo que nos es común. Las otras personas no son una amenaza, la amenaza es de quienes creen que pueden tomar nuestras vidas y mandarnos a callar o matar porque no somos lo suficientemente rentables para sus negocios. Y eso, nos pasó en Cromañón. Como querían más…no dudaron en ponernos en riesgo. Somos muchas y muchos quienes estamos de este lado de la organización y la lucha, de lo colectivo y el afecto de sabernos y reconocernos en los abrazos sinceros, en las miradas y las palabras que nos sostienen a pesar de todo. No nos van a robar la alegría, ni las ganas, ni el empuje para seguir.
No seremos cómplices.
Denunciaremos políticas contra la juventud.
Denunciaremos políticas de restricciones de las libertades.
Denunciaremos corrupciones y falta de inversión del estado en educación, salud, trabajo.
Exigiremos siempre Espacio de Memoria Colectiva Ya.
Seguiremos, como hoy, marchando.
Haciendo nuestras las palabras de Norita Cortiñas: No abandonaremos la lucha; no abandonaremos a las Madres (ni a lxs luchadores ante cualquier injusticia); no nos abandonaremos a nosotros ni nosotras mismas. Por las y los que no están, por las y los que estamos y por las y los que vendrán. Por la memoria, la verdad y la justicia.
#LAS Y LOS PIBES DE CROMAÑÓN, PRESENTES!
#LES SOBREVIVIENTES DE CROMAÑÓN, PRESENTES!
#LAS Y LOS FAMILIARES EN LUCHA, PRESENTES!
¡AHORA Y SIEMPRE!