Nilda Gómez: «Hay que mantener la memoria de lo que pasó en Cromañón»

29/12/2023
por Lucio Casarini
«Es muy difícil para mí quedarme con la boca cerrada ante la injusticia, dejar de proclamar la necesidad de poner las cosas en su lugar y no solamente respecto de Cromañón, sino de todas las causas que surgen; haber pasado por la tragedia al principio fue pelear por los chicos que se encontraban con Mariano, sin pensar que también estaba luchando por mi propio hijo; siempre fue por los pibes de Cromañón; era como una idea, no necesariamente caras específicas; los que murieron, los sobrevivientes; había que luchar por todos; poco a poco, con el correr del tiempo, de las penurias, de las angustias, adquirieron un rostro y se fueron recordando los nombres».
Nilda Gómez, mamá de Mariano Alexis Benítez, víctima fatal de Cromañón, habló de esta manera durante la inauguración del Museo Memorial de la Asociación Civil Familias por la Vida, con sede a metros del escenario del drama. Su hijo tenía 20 años cuando perdió la vida en el boliche del barrio porteño de Once. Con al menos 194 muertos y miles de heridos, el incendio ocurrido el 30 de diciembre de 2004 es la mayor masacre de la historia del rock en todo el mundo. Luego del horror, ella se recibió de abogada y fue impulsora fundamental del reclamo para condenar a los responsables materiales e institucionales.
«Destaco el esfuerzo de todos los que trabajaron; estuvieron juntando, armando; sé de la dedicación que pusieron en cada detalle; por eso es tan importante y tan representativo; cada cosa está pensada en el lugar que tiene que estar; no fue preparado de un día para otro a las corridas; está armado con dedicación, con amor, con mucha voluntad y como dijo Yoli con esfuerzo propio; no hemos recibido nunca, y no lo queremos tampoco, nada del Estado; nunca hemos recibido un solo peso; porque eso de alguna manera podría llegar a pensarse como la posibilidad de ordenarnos decí esto o no digas aquello».
«Tantas veces de haberlos repetido en cada acto una y otra vez; hay que tener fuerza para decir semejante cantidad de nombres juntos ¿no? es muy doloroso cada vez que llega esa instancia, que te toca la hoja de tu hijo y escuchás pronunciar su nombre; es un ejercicio que se fue haciendo, el ejercicio de las víctimas, que no elegimos de ninguna manera estar acá, convertirnos en esto que somos, ese esfuerzo nos ayuda a comprender que no puede haber más víctimas; se tiene que entender claramente que la víctima no elige serlo; ninguno de los chicos quiso dar la vida por Callejeros ni por Chabán ni por Ibarra».
La voz de esta nota, que ocupa el rol de presidenta de Familias por la Vida, tuvo un papel clave en la promoción de la Ley Nacional de Víctimas y es miembro de uno de sus frutos, el Observatorio de Víctimas, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación. En la apertura del museo la acompañaron, entre otros, Yolanda Leyes, a cargo del exordio; Isabel Rodas y más parientes de afectados de Cromañón; y Norma Bonelli, mamá de Carla Arduini, damnificada de la violencia vial. Uno de los invitados especiales fue Gonzalo Sanz Cerbino, autor del libro Culpable, dedicado a los implicados en el incendio.
«Solamente vinieron a escuchar música; nada más; no estaban haciendo nada… tampoco por la patria; quizás por eso nos costó mucho hacer entender que como víctimas asesinadas, porque los chicos fueron asesinados, fueron masacrados en democracia, también son merecedores de derechos humanos; eso verdaderamente nos costó mucho, fue uno de los esfuerzos más grandes que tuvimos, el reconocimiento de que los derechos humanos también son para las víctimas asesinadas en democracia, sobre todo cuando el Estado es parte, como en Cromañón, como en Beara y un montón de otros hechos terribles».
«Incluidas aquellas tragedias que se producen por falta de control o por incapacidad de la Justicia para actuar con suficiente rapidez; si las instituciones hubieran intervenido a tiempo y hubieran encarcelado con una preventiva, Wanda Taddei estaría viva, [Eduardo] Vázquez [exbaterista de Callejeros] no la hubiera matado; esas cosas hay que ver, cuáles son las consecuencias de esa Justicia tan lenta, a la que nosotros aún hoy estamos pidiendo, que genera otras víctimas; por eso es tan importante; nosotros tenemos 194 chicos que murieron en Cromañón; después muchos otros, se dijo, padecieron suicidios».
«En realidad tenían como un flash back; volvían a entrar esa noche y salían tratando de escaparse por la ventana; estaban en un quinto piso y morían; la gente decía suicidio, pero lo que les ocurría es una consecuencia del estrés postraumático; entender este concepto también fue difícil para los familiares; el estrés postraumático termina cuando la persona vuelve al estado de origen o sea anterior a lo que pasó; de lo contrario lo sigue reviviendo; eso no quiere decir hacerse la víctima; alguien con amor, con cariño, me dijo pero vos no sos una víctima; sí, lo soy, como todos los que hemos pasado por tragedias similares».
Convertir en espacio de homenaje el inmueble donde funcionó Cromañón es uno de los mayores desafíos pendientes. Para eso debe reglamentarse la expropiación establecida en 2022 por el Congreso de la República. El paso coronaría la batalla judicial e institucional apoteósica desarrollada por los afectados. Como principales culpables materiales fueron sentenciados Omar Chabán, gerente del predio (muerto en 2014); Rafael Levy, propietario; Diego Argañaraz, mánager de Callejeros; y Carlos Díaz, subcomisario. El responsable político es Aníbal Ibarra, jefe de Gobierno de la Ciudad, que fue destituido.
Otros convictos son los miembros del grupo de rock: Patricio Fontanet, cantante, Maximiliano Djerfy, Elio Delgado, Cristian Torrejón, Juan Carbone y Eduardo Vázquez. Este sumó la cadena perpetua por el crimen de su esposa, perpetrado en 2010; la roció con alcohol y prendió fuego durante una discusión de pareja. Otros castigados por el desastre del boliche son Fabiana Fiszbin, Ana María Fernández, Gustavo Torres y Roberto Calderini, funcionarios porteños. Rubén Fuerte y Luis Perucca, empresarios. Alberto Corvellini, Marcelo Nodar y Marcelo Esnok, integrantes de Bomberos de la Policía Federal.
«Por eso es fundamental que la memoria no se pierda; les agradezco a todos ustedes profundamente haberse acercado y participar de este momento, que para nosotros es muy importante; acá están los vestigios de la lucha; cuando digo vestigios, me refiero a lo que queda cuando uno camina dejando jirones de piel, de la ropa, de la vida, caminando, caminando, luchando y buscando justicia; tendrían que entenderlo todos; los que vivimos esto, para poder comprender lo que nos pasa; las autoridades, para entender que la víctima es el convidado de piedra; estaba nada más y bueno, la ligó; pero no eligió estar ahí».
«También estoy en el lugar de funcionaria, porque somos funcionarios todos los docentes de la provincia de Buenos Aires; muchos trabajamos en el Estado en distintos rubros; últimamente me está preocupando mucho el relato que se hace de lo que pasó en Cromañón; quisiera que se sepa la verdad, por eso le agradezco al escritor que está acá [Gonzalo Sanz Cerbino], que haya plasmado en su libro [Culpable] lo que percibió; nos dejó este ejemplar, para que quienes vienen a la sede mientras esperan puedan leerlo; también agradezco a cada docente que nos abre la puerta de su escuela, que se compromete a escuchar».