Natalia y Fernando, padres de Luis Andrada: «Uno no sabe qué hacer, para dónde ir»
15/1/2023
por Lucio Casarini
«La justicia no es justicia; hoy en día, en hechos viales, uno escucha gente de muchos casos que siguen pasando; la justicia que tenemos no sirve; todo es algo turbio; lo que nos pasó en el hospital, que lo iban a desconectar, era como que te estaban diciendo: dale, desconectalo y le sacamos ya los órganos; también nos dio qué pensar cuando nos lo dieron con el cajón cerrado; nos dijeron que le tenían que hacer la autopsia y después que no lo podían entregar abierto porque había pasado mucho tiempo; cuando lo desconectaron era la tarde, se lo llevaron como a las diez de la noche a la morgue; nos lo dieron al otro día a la siete de la tarde ¿por qué tantas horas? da qué pensar».
El drama comenzó el 17 de marzo de 2022 en la localidad de Pocito, provincia de San Juan. Luis Fernando Andrada, de 20 años, iba en bicicleta a trabajar cuando fue atropellado desde atrás por una camioneta. Como consecuencia, el joven recibió un golpe tremendo en la cabeza y su transporte de dos ruedas quedó destruido. La familia fue informada de que estaba con muerte cerebral en el hospital. Falleció al día siguiente, cuando los médicos decidieron desconectarlo.
Los deudos de la víctima consideran que la institución de salud tiene responsabilidad, porque apresuró el desenlace. Para peor, todo sucedió en el contexto de la pandemia, por lo que la entrega del cuerpo fue a cajón cerrado. En cuanto al conductor, Jorge Daniel Silleros Morales, la querella denuncia que iba excedido de velocidad y hablando por celular. Sin embargo, la condena fue de solo dos años de prisión en suspenso más una inhabilitación de cinco años para manejar.
Natalia Díaz y Fernando Andrada, los padres de Luis, tienen tres hijos más que los motivan para seguir adelante. El gran desafío como grupo familiar es mantenerse unidos tirando del mismo carro. El difunto era el mayor. Para homenajearlo, colocaron en el lugar de la tragedia un cartel con su nombre junto a la bicicleta destartalada. El letrero fue gestionado por la Asociación Familias del Dolor y la Esperanza, fundada por Guillermo y Lorena Chirino, padres de Lautaro.