Natalia Feraude: «El 89% de los siniestros viales se debe al factor humano»
21/2/2024
por Lucio Casarini
Es psicóloga y colaboradora de la Fundación Estrellas Amarillas, entidad de víctimas con sede en Santa Rosa, La Pampa. Ingresó al proyecto luego del 30 de noviembre de 2007, cuando una tragedia vehicular le arrebató a Mónica Liliana Vega, una tía, Rubén Humberto López, esposo de esta, y Olga Sandoval, madre del último. Lautaro, hijo del matrimonio, de siete años, salió ileso de milagro.
«Me remite a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo o a las Madres del Dolor», comienza Natalia Feraude sobre el rol de las mujeres en el campo de las víctimas; «hay un montón de organizaciones que ha surgido a partir de la pérdida de un ser querido, como un hijo o un nieto; la esperanza que tenemos los que trabajamos en esto, en gestionar el trauma, la seguridad de los ciudadanos, el desafío es que empiecen a participar todos los afectados; no me refiero solo a los que han tenido una pérdida real, sino también al vecino, al que tuvo a ese niñito de alumno y que no está más porque falleció».
«Que la comunidad toda, hombres y mujeres, empiecen a participar», propone la psicóloga y colaboradora de la Fundación Estrellas Amarillas, entidad de familiares de víctimas viales con sede en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa; «diferentes grupos etáreos, porque son mujeres jóvenes», distinguió una particularidad adicional; «tiene que ver con una forma de gestionar el dolor y la pérdida; la mujer tiene una forma de hacerlo mas procesual, que pasa por trabajar en la necesidad propia y del otro, hacer el trabajo de aceptación, transferencia, transelaboración, hacer un proyecto de ese dolor, reproyectarse; es o sigo o muero».
«No es que el hombre no lo sufre de igual forma, lo gestiona quizás por cuestiones de mandato en lo social de otra manera», continúa ante la mirada de Silvia Beatriz González, presidenta de Estrellas Amarillas, sentada a su lado; los entrevistadores, Laura Davini y Carlos Monasterio, permanecen de pie; el diálogo con ambas se produce en el transcurso de La Pampa Hoy, espacio semanal de la Televisión Pública Pampeana; «actúa más por objetivos, con más trabajo, iniciando otra carrera, el deporte; tiene otras herramientas que no son tan visibles en lo social, pero dan cuenta de este dolor y de esta pérdida».
«Estoy en el proyecto hace como diez años colaborando ad honorem, dentro de lo que se puede, porque una tiene una situación económica que respaldar», relata; «es la primera vez que contamos con una licenciada en Psicología, que es Carolina Jaramillo», destaca a la recién incorporada experta colombiana, que atiende en el Hospital Lucio Molas, el central de la provincia; el hábitat de trabajo cotidiano de la nueva especialista es el flamante núcleo institucional de la entidad; «hicimos una búsqueda, entrevistamos; es un avance, pero como todo, ahora que tenemos una nos damos cuenta de que necesitamos dos».
El ingreso de Natalia al universo de las víctimas se produjo como consecuencia de un siniestro que arrebató a tres integrantes de su parentela. Sucedió el 30 de noviembre de 2007 en Santa Rosa. Su tía Mónica Liliana Vega, enfermera de 42 años, conducía un Volkswagen Gol. Olga Sandoval, suegra de esta, iba de copiloto. Rubén Humberto López, de 47, marido de la timonel, atrás. Lautaro, hijo del matrimonio, de siete, junto al último. El vehículo circulaba por la Ruta 5 cuando fue impactado desde atrás por un colectivo. El Gol descarriló y embistió un eucalipto. Los tres adultos murieron. El niño salió ileso de milagro.
«La estrella amarilla tiene cinco puntas: memoria, prevención, ley, justicia y educación; de alguna forma, hacen la base de cualquier sociedad, de cuidarnos unos a otros tanto como a nosotros mismos; sin memoria, sin prevención, sin ley, sin justicia, a lo que tendemos es a minimizar, reducir todo lo que genera el fenómeno de la siniestralidad vial; seamos conscientes de que hay una trilogía vial: el factor humano, la carretera (la ruta o la calle) y el automóvil; el 89 por ciento de los siniestros viales es provocado por el factor humano; además, el 76 por ciento de los se da en rutas nacionales y provinciales».
«Con Estrellas Amarillas buscamos generar la conciencia vial», reflexiona Natalia sobre la entidad civil, en la que también pone el hombro Silvia Vega, su mamá; «hay que verlo multidimensionalmente, por las consecuencias en seguridad (Ministerio de Seguridad); en salud (Ministerio de Salud); en la infraestructura, que es vital para la prevención (Ministerio de Infraestructura); en lo social; en educación; en transporte; recordemos que vivimos en una provincia que limita con seis de los distritos mas productivos de la Argentina: Mendoza, Córdoba, San Luis, Buenos Aires, Neuquén y Río Negro».
«Somos una provincia atravesada por medios de transporte, un territorio que tiene injerencia en la economía del país y todavía no tenemos autopista; lo que buscamos es generar conciencia de que esto es multisectorial; en cuestiones que se prolongan en el tiempo», comenta respecto de las manifestaciones populares para exigir una vía rápida entre la Capital Federal y La Pampa, «porque son todos los días cinco de cada mes, uno entiende que somos una provincia a la que todavía le cuesta mucho salir a la calle, le cuesta mucho reclamar; prefiero quedarme con las miles y miles de firmas que vamos juntando en apoyo».
«Es importante llevar a la sociedad la distinción entre accidente y siniestro; en el accidente hay algo fortuito; en el siniestro no, porque es un conjunto de factores entre los que alguno disfunciona; llámese automóvil, factor humano, el mantenimiento de las rutas, cuestiones climáticas; pero así fuera el último aspecto, uno debería tener la previsión; ahí empiezan a trabajar, como facultades mentales, la anticipación, la evaluación, la ejecución; el siniestro se puede evitar; en Argentina, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, cada año hay 3828 personas que mueren, no están más y eso se podría haber evitado».
«Circulo todos los días por la [futura] avenida Felice, una obra muy esperada por los vecinos, necesaria», concluye la licenciada Feraude; «ni qué hablar cuando se haga Bertón hasta Toay; sería fantástico para una metrópoli que empieza a sumar localidades; ya hay pista de picadas [carreras ilegales]; la pregunta es: si tenemos educación vial, si tenemos las entidades civiles, si tenemos los organismos estatales trabajando, si tenemos un cuadro y un marco legal deontológico, incluso ético y moral, de cómo manejarnos, por qué la gente sigue transgrediendo; qué es lo que la hace transgredir; creo que esta es la incógnita que tenemos todos aquellos que trabajamos en siniestralidad vial; qué hay en la cabeza del que maneja; qué nos está pasando a todos».