Fran Chávez: «La propaganda de alcohol debe prohibirse, como la de tabaco»

12/9/2023
por Lucio Casarini
«Puedo ir a una escuela y dar una charla delante de los alumnos de lo mal que hace [el alcohol]; contar mi experiencia; que por mi culpa murieron tres chicos inocentes, hermosos y fantásticos: Juan, Eugenio y Nehuén; pero mi testimonio dura solamente un rato; si sumás las horas de publicidad de alcohol que ve un chico de 16 años, eso me supera por días; son meses de propaganda si uno se pone a contar minuto tras minuto lo que observa un pibe desde los seis años hasta que llega a los 18; entonces, no importa qué tanto puedo decir yo; en su interior, subconcientemente, el joven va a defender que el alcohol es parte de nuestra libertad, que nos permite disfrutar, que no es su culpa que otra gente mate; tiene razón, pero no tiene toda la razón o la razón completa».
Aunque al nacer hace 36 años en la ciudad de Córdoba fue inscripto Francisco Javier Chávez y es padre biológico de dos hijos, recientemente cambió su nombre legal por Francisca y se confiesa bisexual. Eso explica que a lo largo de la narración use indistintamente el femenino y el masculino para referirse a sí mismo. Desde los 18 años vive en El Bolsón, provincia de Río Negro, donde cuando tenía 22 protagonizó un drama tremendo que afectó numerosas vidas para siempre.
La noche del 25 de enero de 2011 se desplazaba por la Ruta Nacional 40, a la altura del kilómetro 1920, al volante de un Fiat Spazio. Se encontraba alcoholizado y el vehículo tenía las luces averiadas, entre otros desperfectos. De pronto, perdió el control del coche, que cruzó de carril y atropelló a cuatro mochileros que circulaban como peatones por la banquina opuesta. Max Yeuhen Tretyakov, de 18 años, Juan Enrique Shott, 17, y Facundo Nehuén Marino, ídem, murieron. Jorge Arce, 18, sufrió heridas graves.
El homicida, que resultó ileso, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva y diez de inhabilitación para manejar. Transcurrió dos temporadas en la cárcel y completó el tiempo de encierro en su domicilio. Entonces tomó coraje y dio un paso sorprendente. Propuso ofrecer disculpas de manera personal a los familiares de las víctimas. Enrique y Cristina Schott, los padres de Juan, aceptaron el encuentro, le dieron el perdón y le sugirieron difundir su historia para detener la violencia vial.
Noticias del Bolsón, 5/6/2012
Cuatro años de prisión a Chávez por matar a los tres mochileros en El Bolsón
Luego de realizado el juicio a Francisco Chávez por el homicidio de los tres jóvenes mochileros en enero del 2011, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva y se le suma un período de 10 años de inhabilitación para conducir.
Chávez fue hallado culpable del asesinato de los tres jóvenes en momentos que conducía en estado de ebriedad y con el rodado sin observar las medidas de legalidad pertinentes. «No es la justicia que pedíamos pero es el comienzo de otro camino, y lo importante es que en Río Negro ya no se toma como atenuante el consumo de alcohol», sostuvo Enrique Schott.
«Seguimos insistiendo que tuvo siempre actitud despreciativa hacia todos los demás, no tuvo mérito de disculparse, lo hizo en la corte, cuando tuvo la oportunidad durante 8 meses en que estuvo libre, nunca se acercó, podría haberse acercado a Jorge cuando estuvo en el hospital y no lo hizo, el señor Chávez no quiere asumir sus responsabilidades y de alguna manera insistimos que esto no es solamente culposo es doloso», sostuvo el papa de Juan Schott.
La Cámara del Crimen condenó al conductor que mató a tres jóvenes -el 25 de enero de 2011- a 4 años de prisión, e inhabilitación para conducir por 10 años. «No es la justicia que pedíamos pero es el comienzo de otro camino, y lo importante es que en Río Negro ya no se toma como atenuante el consumo de alcohol», sostuvo Enrique padre de Juan Schott asesinado por ChÁvez.
La imputación hacia Chávez
A Francisco Chávez, artesano de El Bolsón, se le imputó el delito de homicidio culposo, en el marco de un proceso durante el cual volvió a debatirse si, en casos como éste en el que el conductor había ingerido una gran cantidad de alcohol, no es posible aplicar la figura de «dolo».
En momentos se especulo con le cambio de caratula a homicidio simple que es lo que pedían en un principio los familiares de las victimas, esto habría redundado en una pena no menor a los 20 años de prisión.
Los familiares de Max Yeuhen Tretyakov -de 18 años-, Juan Enrique Shott -de 17-, y Facundo NehuÉn Marino -también de 17 años-. Jorge Arce -18 años- sufrió graves heridas, que estaban presentes en el recinto se opusieron a que en la lectura se hablara de accidente de transito y proclamaron que seguirán luchando para que este caso sea un castigo ejemplar para quienes optan por desdeñar la vida como lo hiciera ChÁvez.
ChÁvez atropelló a cuatro jóvenes, durante la madrugada del 25 de enero de 2011, al mando de un Fiat, y superando en cuatro veces el nivel de alcohol en sangre permitido.
Río Negro, 6/6/2018
Sociedad
Provocó un accidente fatal y hoy limpió el mural de las víctimas
“Voy a llorar a mi hijo siempre, pero Juancito nunca será motivo para el odio. Tengo el celular de Chávez, lo llamé y le agradecí”, dijo uno de los papás.
Esta semana, el mural pintado en las paredes del hospital en recuerdo a los tres mochileros muertos luego de ser atropellados por un conductor alcoholizado, apareció con un grafiti encima por el tema del aborto.
“Alguien no respetó el significado del mural, que para mí no es solo una pintura, es un recordatorio de lo bueno que tuvimos, de aquello que perdimos, de aquello que pudo ser y hoy no es”, escribió Enrique Schott, el padre de Juan, una de las víctimas, militante activo del grupo J.E.N.
Sin embargo, a las pocas horas, la sorpresa para lugareños y la gente vinculada al caso fue la foto de Francisco Chávez limpiando el mosaico. Se trata del artesano que ya cumplió la condena de 4 años tras protagonizar aquel accidente el 25 de enero de 2011 sobre la ruta 40, que costó la vida a Max Yeuhen Tretyakov (18), Facundo NehuÉn Marino (18) y Juan Enrique Schott (17), mientras que Jorge Arce (18), logró sobrevivir aunque le llevó meses recuperarse de las graves heridas sufridas.
Sobre dicha acción, Enrique Schott (quien vive en Buenos Aires y viaja permanentemente a El Bolsón y Bariloche para hacer campañas sobre el alcoholismo y el manejo responsable), recordó “una reunión que tuvimos con Chávez y un mediador. Lo dejamos hablar, pidió perdón, lloró mucho y prometió ayudarnos. Nosotros le dijimos que con odio no podíamos vivir, que lo perdonamos, pero que no podíamos olvidar lo que le hizo a nuestro hijo. Le pedimos que corrigiera su vida, que cuidara a su familia”.
Desde su óptica, “el odio sirvió al principio para no abandonar la lucha, pero después se volvió inútil: los buenos recuerdos, las buenas cosas son incompatibles con el resentimiento. Por eso lo perdonamos, sé que voy a llorar a mi hijo siempre, pero Juancito nunca será motivo para el odio. Tengo el celular de Chávez, lo llamé y le agradecí y él también me agradeció, estoy más tranquilo”, detalló.
Durante el juicio, el juez Gregor Joos determinó que el acusado “no tuvo intención de matar”. Aquella noche, cuando Chávez salió de El Bolsón en dirección a su casa, conducía ebrio y a gran velocidad un Fiat Spazio, que además tenía serios desperfectos mecánicos. Desoyó una voz de alto de la policía caminera y poco después, imprevistamente, se cruzó a la mano contraria y atropelló a los cuatro mochileros que caminaban por la banquina.

Infobae, 13/4/2023
Sociedad
Historias de alcohol al volante, la serie de cortos que visibiliza una problemática que destruye familias
Ayer, un día antes que se debata en el Senado el proyecto de ley de Alcohol Cero, fueron proyectados en el cine Gaumont cuatro cortometrajes realizados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) junto con el INCAA para exhibir las graves e irreversibles consecuencias que produce el consumo de alcohol al conducir.
Por Gabriela Cicero
Por la tarde de ayer, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) proyectó en el Cine Gaumont, cuatro cortos bajo el nombre Historias de alcohol al volante, una jornada de reflexión y concientización organizada junto con el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), de cara al debate del proyecto de ley de Alcohol Cero al Volante, que tendrá lugar hoy en el Senado de la Nación.
Después de haber obtenido media sanción el 24 de noviembre pasado por amplia mayoría en la Cámara de Diputados, este proyecto propone que la única graduación de alcohol en sangre para la conducción de vehículos motorizados a nivel nacional sea cero, como rige actualmente en 12 provincias y más de 40 ciudades de todo el país.
Cuatro conmovedoras historias fueron registradas por el Ministerio de Transporte y reconstruidas en formato documental con el protagonismo de familiares de las víctimas y los sobrevivientes que pudieron contarlo ¿El denominador común? En todos los casos, ocurridos en Córdoba, CABA, Corrientes y Río Negro, hubo víctimas fatales y los conductores estaban alcoholizados.
Cada corto tuvo una duración aproximada de cinco minutos. “El cine es un medio muy potente para transmitir historias, para concientizar y poner el acento sobre determinadas temáticas”, dijo Nicolás Batlle, presidente del INCAA, durante la presentación de esta primera acción tras un convenio firmado con la ANSV. Y nadie lo duda. El drama vivido por estas familias impactó en la audiencia, y por partida doble, ya que estaban allí presentes entre los espectadores. Hablaron desde la pantalla y desde sus butacas. Viendo su propia historia, reviviendo su propio dolor. Quebrándose. Pero con una finalidad. No lágrimas, que sí hubo muchas. Sino que nadie pase por lo que padecen ellos. Por esa razón, se plegaron al pedido de la sanción de la ley de alcohol cero.

La primera historia fue dedicada a la tragedia de la Circunvalación de Córdoba, del 17 de mayo de 2021. Fue contada por la única sobreviviente, Fernanda Guardia, una realizadora audiovisual, que perdió a su pareja Sol Viñolo y el amigo de ambas, Agustín Burgos. Fernanda sufrió graves lesiones que la dejaron en silla de ruedas, aunque ahora está mejor y logró volver a caminar. Y una herida que no se cicatriza más. Habían detenido el auto, por un desperfecto, descendieron y Alan Amoedo, un conductor que venía drogado y alcoholizado, adelantando varias veces por la banquina, arrolló a los chicos. “Yo me acostumbré a que mi vida tenga dolor”, expresó Fernanda en el documental que ya puede verse por CINE.AR TV.
La segunda fue otra dramática historia dedicada a la familia venezolana que fue embestida por un BMW negro a 150 kilómetros por hora sobre Avenida del Libertador, en la esquina Ortega y Gasset, un 16 de mayo de 2022. En este incidente perdieron la vida Juan Márquez(23) y Jenismar Márquez (15). El conductor, Juan Patricelli, tenía un dosaje de alcohol de 0,51 gramos por litro en sangre, apenas superaba el permitido. Perdió el control del vehículo y se fue del otro carril, destruyendo a una familia completa.
El corto se centra en el relato de un sobreviviente, que viajaba en el asiento de atrás. Héctor, el papá de Jenismar, hermano de Juan. Cuenta que ese día se levantó y era un día demasiado soleado, demasiado hermoso. Estaba contento porque iba solo a ver los caballos del hipódromo, verlos correr en vivo. Al regresar su hija le dijo que en el hipódromo había una feria de choripanes. Le insistió para complacer el pedido de su tío Juan, que era ya un reconocido chef en un restaurante de Belgrano. “Era mi hermano menor, apenas tenía 23 años”.
La familia se había reunido de a poco en la Argentina. Se fueron trayendo uno a uno, a medida que iban progresando. Así trajeron a Héctor para que se reencontrara con su hija Jenismar. Había llegado el 17 de diciembre de 2021. “La alegría en el aeropuerto fue demasiado grande. Ella era todo para mí”, expresó. Ese día finalmente en el hipódromo no comieron nada y regresaban en el auto por Avenida del Libertador. Apenas llegaron al semáforo que tiene un giro en Ortega y Gasset, sintieron el impacto. “Yo pensé que estaba soñando. En el impacto tengo a Jenismar en mis piernas”. Y Héctor perdió la consciencia. Fue internado en el Hospital Fernández, fue sometido a varias operaciones y dependió de una máquina las 24 horas, según contaron miembros de su familia.
“Recuperé la consciencia en el hospital después de casi dos meses. ‘Tuviste un accidente’, me dijeron. ‘Es un milagro que te estés recuperando. Los médicos te habían dado 4 horas de vida y pasaban los días’, me contaban”. Pero la peor noticia llegó cuando preguntó por qué su hermano e hija no iban a visitarlo. “Tenés que ser fuerte. Tenemos que aprender a vivir sin Juan Carlos y sin Jenismar. Murieron en el accidente”. La familia asegura que lo que sucedido no fue un accidente. Que Juan Patricelli estaba consciente, y que a esa velocidad en cualquier momento iba a suceder una desgracia, si no eran ellos, serían otros. La familia no estuvo presente en Gaumont. Era demasiado el dolor para afrontar la exposición. “Éramos muy unidos, compartíamos todo. Nada será igual”.

Los casos eran conocidos para Martínez Carignano, desde el momento en que habían participado desde la red de asistencia de las víctimas en algunos casos con auxilio psicológico, con medicamentos, con subsidios cuando estuvieron un tiempo sin trabajar, algunos de ellos con traslados a los a los tribunales. “Nos metimos en los juicios, la agencia solicitó ser admitida como Amicus curiae y amigos del Tribunal es una figura donde la Justicia acepta a una parte por su conocimiento de la materia y entonces tomamos contacto directo con estas con estas historias y entonces pensamos que bien valían la pena ser contadas”, expresó. Respecto del proyecto de ley dijo que luego de la media sanción que falta, continúa “la promulgación del Poder Ejecutivo y su publicación para que ya comience a regir en las rutas nacionales de todo el país. Luego hace falta que 11 provincias que no tienen todavía alcohol cero se adhieran porque la ley de tránsito es una ley de adhesión. Confiamos en que esto va a pasar rápida y homogéneamente”.
La tercera historia trata sobre otra familia que perdió a dos seres amados, en un abrir y cerrar de ojos, en sus vacaciones en la playa de Paso de la Patria, Corrientes. Allí murieron abuelo y nieto, Abel Enríquez y Nehuel, de 4 años. La tragedia es contada también por un sobreviviente, Diego Enríquez, hijo de Abel y papá de Nehuel. Después de un día de playa, en el que jugó mucho con su hijo, más de lo habitual, “como si se estuviera despidiendo”, dijo su mamá, fueron a comprar hamburguesas. Diego iba a ir solo, caminando, pero finalmente fue acompañado por su papá que quiso ir y su hijo. Mientras iban los tres caminando “juntos y felices” una camioneta los levantó por el aire. Se detuvieron unos metros adelante, pero después se fugaron. En un operativo fueron detenidos y tenían un altísimo nivel de alcohol en sangre. “Ni a los perros los matan como lo hicieron con mi viejo y mi hijo. No fue un accidente. Esto fue un crimen”, aseguró quien vio morir a su hijo en brazos. E hizo un pedido de Justicia, “que va lenta”.

El cuarto corto contó la historia de los chicos mochileros Juan Schott, Max Yeuhen Tretyakov y Nehuén Marino, que fueron atropellados mientras caminaban por la ruta, un 25 de enero de 2011. Los chicos, que eran compañeros de la escuela Normal Nº 1 se habían preparado para el campamento todo el año. Estaban en El Bolsón, caminando por la ruta 40, a la altura del kilómetro 1920, por la banquina de la mano izquierda, por donde correspondía, cuando un artesano alcoholizado se cruzó de carril. “14 cervezas encima tenía. No estaba en condiciones para manejar. Perdió el control y se fue de contramano”, contó el padre de Juan, Enrique Schott, acompañado por su mujer y madre de su hijo, María Cristina Hermanz. Ambos son militantes del colectivo J.E.N. En el documental se puede ver el abrazo de la pareja con el artesano Francisco Chávez, que cumplió una condena por homicidio culposo.” En 2015 salió de prisión, nos pidió perdón y se lo dimos. Odiar podíamos odiar, pero no tenía ninguna solución, el odio no construye nada”, dijo Enrique Schott, que con María Cristina lograron que en El Bolsón se celebre una vez al año una jornada de actividades sin alcohol.
Víctimas de accidentes de tránsito reclamaron también por esta ley. Entre ellos estuvo presente el Colectivo Familiares de Víctimas, con los carteles de sus hijos, reclamando justicia. Como Susana Lazzaro, por su hijo Damián que fue atropellado mientras viajaba en su moto. O Rubén Crego, papá de Lautaro, de tan solo 21 años, que hacía delivery.
Estuvieron también presentes en el cine Gaumont autoridades gubernamentales como Diego Giuliano, Ministro de Transporte; el director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, organizaciones no gubernamentales y estudiantes del nivel secundario de distintas escuelas de CABA.