Francisca Chávez: «Que cualquiera en mi situación sepa que tiene derechos»
9/6/2024
por Lucio Casarini
Vive en la ciudad de El Bolsón, Río Negro. Biológicamente masculino, se autopercibe femenino y acusa de violencia a una mujer. La denunciada es madre de uno de sus dos hijos. Además, la voz del testimonio señala al sistema judicial por revictimización. Por otra parte, es célebre como triple homicida vial que pidió disculpas y colabora en campañas prevención.
«Mi denuncia consta de 30 páginas A4; primero escribí 75 carillas chiquitas de cuaderno a mano con todas las acciones que ella realizaba para denostarme, denigrarme; cómo mentía, cómo se robaba la plata, todo tipo de cosas; ella realizó una contradenuncia en la que alega que sufrió atropellos psicológicos de mi parte; si ella hubiera sido la primera en hablar hubiera estado bien que le crean; si hubiera hablado segunda lo mismo; lo que no es correcto es que le crean para siempre; hice la presentación hace dos años y le siguen creyendo, a pesar de que no aportó pruebas del maltrato y yo en cambio sí lo hice».
Como delata su acento al hablar, nació hace 37 años en la ciudad de Córdoba. Desde muy joven vive en El Bolsón, provincia de Río Negro. Tiene un puesto en la feria regional, en la Plaza Pagano, donde vende cuchillos de elaboración propia. Es padre de una hija y un hijo. En 2022 acusó por violencia doméstica a Nadia Magalí Giordano, madre del niño y también artesana. La denuncia (descargar de Google Drive) describe ataques cotidianos durante nueve años de convivencia, algunos de los cuales continúan. La aludida al parecer reincide cada dos por tres en el ámbito de trabajo y habría lanzado amenazas reiteradas.
(Para comunicarse de forma directa con el entrevistado, los lectores pueden escribirle por correo ―mundotraumado@gmail.com―; también pueden encontrarlo en Twitter y otras redes sociales ―@mundotraumado―).
«Lo que me llevó a esta determinación fue el hecho de pensar que si yo le hacía eso a una mujer biológica iba en cana; sin importar que me autoperciba mujer; entonces, por qué si me lo hacían a mí no era grave; con la terapia EMDR [Eye Movement Desensitization and Reprocessing; ideada por la psicóloga estadounidense Francine Shapiro; una alternativa específica para estrés postraumático] y todo lo que yo venía trabajando, me di cuenta de que sí era nocivo, que yo me tenía que defender y que además debía enseñarles a mis hijos que el maltrato está mal y a protegerse; pensé que el Estado me iba a ayudar».
La presentación contra Giordano fue efectuada ante Florentino Morales, asistente de Francisco Arrien, titular de la Fiscalía de El Bolsón. Esa querella señala a la susodicha por torturas, vejaciones, servidumbre y más delitos del campo del maltrato familiar, según el Código Penal Argentino. Como el entrevistado ha padecido una atención aberrante en el Poder Judicial, decidió acusar además a Morales, Arrien, Marcelo Muscillo ―entonces juez de Familia, hoy de Paz―, Paola Bernardini ―jueza de Familia hasta el presente― y otros por incumplimiento de sus deberes. Aunque en realidad lo que evidencia su relato es violencia institucional.
«De la nada y sin aviso dejaba de comunicarse por hasta quince días, después de que yo le diera todo el dinero [de la producción y venta de artesanías] y le pidiera que le pasara a la madre de mi hija [con quien Chávez está en pareja en el presente]; no solo no le dio nunca un peso, sino que ella se gastaba todo en drogas y alcohol y después se reía en mi propia cara con comentarios sarcásticos como: me siento remal por derrochar toda la plata, que tanto te costó conseguir, en drogas y alcohol con tu hermano; es que es su culpa que yo me drogue; y además toda esta situación de venir a verte me hace muy mal, por eso lo hago».
La voz del testimonio dice que se autopercibe mujer aunque es biológicamente varón. En algún pasaje del relato se declara bisexual. De hecho, tiene hijos con dos mujeres y convive con una de ellas. De acuerdo con la Ley Nacional 26.743/2012 (conocida como ley de Género), pidió la rectificación de su Documento Nacional de Identidad, que hoy acredita Francisca Chávez, igual que la partida de nacimiento. Otra norma crucial para descifrar el caso es la Ley Nacional 26.485/2009 (ley Micaela), que protege a las mujeres. El protagonista, en un giro que puede sellar un precedente considerable, esgrime ambas disposiciones.
«Corresponde que la denuncia diga Francisca Chávez en vez de Francisco Javier Chávez, que es mi nombre de nacimiento; creía que no podía poner el percibido; ahora sé que sí; mi exposición incluye todo el maltrato que sufrí por parte de esta persona; no tengo ganas de relatarlo de vuelta porque me hace llorar, es revictimizante para mí y voy a perder todo lo que avancé en la terapia; también quiero incluir las presentaciones que hice contra los funcionarios públicos, que son de una página o una y media; no sé si voy a lograr algo; que la próxima persona en mi situación sepa que tiene algunos derechos».
A la edad de 22 años, la voz del testimonio protagonizó un drama tremendo que es esencial para comprender este embrollo. La madrugada del 25 de enero de 2011 se desplazaba por la Ruta Nacional 40, kilómetro 1920, al volante de un Fiat Spazio. Nadia Giordano iba de acompañante. Ambos habían consumido droga y alcohol. El vehículo tenía las luces averiadas. De pronto, el coche salió de su rumbo y embistió a cuatro mochileros porteños que circulaban como peatones por la banquina opuesta. Eugenio Tretyakov, de 18 años, Juan Enrique Schott, 17, y Facundo Nehuén Marino, ídem, murieron. Jorge Arce, 18, sufrió heridas graves.
El conductor, que resultó ileso, fue condenado a cuatro años de prisión efectiva y diez de inhabilitación para manejar. Transcurrió dos temporadas en cárceles rionegrinas y completó el tiempo de encierro en su domicilio, donde convivía con Giordano en un ambiente cada vez más tóxico. El responsable de la tragedia tocó fondo. Entonces tomó coraje y dio un paso sorprendente. Propuso ofrecerles disculpas en la cara a los familiares de las víctimas. Enrique y Cristina Schott, los padres de Juan, aceptaron el encuentro, le dieron el perdón y le sugirieron difundir su historia para ayudar a disminuir el flagelo automotor.
Actualmente, la voz del testimonio da charlas en escuelas y otras instituciones, como la Fundación Estrellas Amarillas, entidad pampeana de parientes de víctimas viales. Lo hace en el rol de integrante del Grupo JEN, bautizado con las siglas de los tres fallecidos y coordinado por el matrimonio Schott. El arrepentido, de forma paralela, se lanzó a fundar Mundo traumado, canal multimedia; conduce Del trauma a la poesía, un programa radial en el que lee rimas de su cosecha, por FM Patagonia Andina; y publica en un blog homónimo del último. Además, participa en batallas de rap estilo libre en las que recita sus versos.
«He presentado otras denuncias contra los funcionarios judiciales, por la mamá de mi hija; la separaron de sus nenas; son actuaciones negligentes, nefastas e irresponsables; ya ni siquiera son negligentes; están hechas con dolo, con malicia; la pobre en este momento pesa 35 kilos, no puede dormir ni comer, vive estresada porque no puede abrazar a sus criaturas; la jueza [Bernardini] emitió la orden porque está en pareja conmigo; así de lejos ha llegado esto; las menores están en manos de un maltratador y violento con un legajo por haber abusado de mi hija, entre otros horrores; de muchas cuestiones lo hemos acusado».
«Cada tipo de personalidad que existe es una salida diferente al trauma; hay ocho tipos estudiados; y yo tengo la fortuna, en su momento la mala suerte, de haber pasado por todos los traumas clasificados; si agarrás un test de estrés postraumático [sigla TEPT, evaluación psicofisiológica que mide la respuesta a determinados estímulos], es muy difícil encontrar un individuo que haya matado, sido drogadicto, estado en cana, sufrido abuso de chico, tenido una pareja tóxica…; sobreviví a todo; cada trauma tiene una salida; tuve las ocho personalidades malas, por así decirlo, y ahora que las veo se me curaron».