Daniel Basaldúa: «Luchamos contra los asesinos de Cecilia y contra la fiscal»
«El año que viene va a empezar la verdadera batalla», dice el padre sobre el juicio, que iba a ser en noviembre, pero fue postergado para 2022. La escritora, deportista y artesana de 36 años fue violada y muerta en Capilla del Monte, Córdoba.
24/12/2021
por Lucio Casarini
«Cecilia no jodía a nadie, hasta que se topó con estos hijos de puta de Capilla del Monte: Mario Mainardi, la Vivi Rasta, los policías de ahí; no sé qué habrá visto; algo vio, porque en el audio dice clarito que ella los iba a denunciar a todos y que no iba a hacer lo que querían; seguramente, si investigás un poquito lo descubrís; son impunes porque no los investigan».
Daniel, el papá de Cecilia Gisela Basaldúa, la escritora, deportista y artesana violada y muerta en 2020 en Capilla del Monte, Córdoba, habló de esta manera el 7 de noviembre, día del cumpleaños 38 de la víctima. Fue durante una marcha en el barrio porteño de Núñez, con la participación de familiares, amigos y miembros de entidades civiles.
La caravana peregrinó desde Avenida Cabildo y Crisólogo Larralde hasta el mural alegórico pintado en una pared de la estación ferroviaria homónima de la zona. Susana, mamá de Cecilia, y Soledad, hermana de esta, que era la mayor de cuatro hijos, fueron otras presencias destacadas. También hubo integrantes de Fuerza Mestiza, proyecto de artistas y trabajadores independientes.
Los Tribunales de Cruz del Eje, donde se tramita el sumario, anunciaron el juicio para 2022. El expediente dice que la víctima sufrió abuso sexual con acceso carnal y homicidio calificado por violencia de género y criminis causae (realizado para ocultar otro delito). El proceso iba a comenzar en noviembre, pero fue pospuesto en medio de graves cuestionamientos de la familia hacia Paula Kelm, fiscal de Cosquín a cargo de la investigación.
Los Basaldúa denuncian que el único imputado, Lucas Bustos, de 23 años, es un perejil y que la evidencia involucra a personas presuntamente ligadas al narcotráfico: Mario Gabriel Mainardi, ex policía; Ariel Zárate y Ramón López, uniformados en actividad; Viviana Juárez, alias Rasta; José Meza; y Walter Luna; entre otros.
«A la familia de Cecilia le digo que no le erraron en nada; que fueron ellos los que llevaron a Cecilia, Mainardi y esa gente que estaba con el, policías», dice la voz femenina del audio de 16 minutos de duración difundido de forma anónima tres meses después del crimen; quien habla se presenta como María, aunque se ignora la identidad fehaciente.
«Porque pregunté y me dijeron que eran Zárate de investigaciones y Ramón, que era policía. Y la fiscal estaba ayudando, porque Mainardi me lo dijo; le dije que iba a ir a la Justicia y me dice que fuera, total ellos estaban tranquilos porque la fiscal los estaba ayudando. No sé si son amigos, no sé qué relación tienen entre ellos.»
Familiares, amigos y allegados en el mural el 7 de noviembre, fecha del cumpleaños 38 de Cecilia.
«Asesinos sueltos»
«Este Ramón López es el principal investigador de la causa de Cecilia, un golpeador, uno de los mencionados en el audio», dijo Daniel Basaldúa durante la caminata hacia el mural de estación Núñez, señalando las fotos en manos de los presentes; «así como lo ves, ahí tenés; la fiscal también está con Mario Mainardi; la Policía hace poquito tuvo que largar a tres porque eran inocentes, los había metido presos; esa es la fiscal que está en el caso de Cecilia».
«La fiscal agarra perejiles, eso es lo que hace; después se sienta a cobrar lo que cobra, el sueldo de ella; porque no trabajan los judiciales, lo que hacen es eso, me entendés, reciben una buena paga y no trabajan; agarran a cualquier investigador, como este infeliz, y creen lo que les dice, pero después terminan involucrados los mismos policías».
«Eso quiero que se sepa, esos son los fiscales que tenemos en Argentina; por eso tiene que cambiar esto, la gente tiene que hacerlo cambiar, no se la pueden llevar tan de arriba; porque decimos que los políticos son chorros, ladrones; bueno, estos son peores, dejan a asesinos sueltos».
Cecilia en su viaje como mochilera por Latinoamérica.
«Por cada desaparecida»
«A cada minuto, de cada semana / nos roban amigas, nos matan hermanas / destrozan sus cuerpos, los desaparecen / no olvide sus nombres, por favor, señor presidente», sonaba desde el parlante atado a un changuito con dos ruedas, de esos que se usan para ir al supermercado, la Canción sin miedo, de la mexicana Vivir Quintana, un himno de las mujeres latinoamericanas contra la violencia.
«Cantamos sin miedo, pedimos justicia / gritamos por cada desaparecida / que resuene fuerte ¡nos queremos vivas! / que caiga con fuerza el feminicida», continuaba la música. «Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa / Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria / Soy la niña que subiste por la fuerza / Soy la madre que ahora llora por sus muertas / Y soy esta que te hará pagar las cuentas.»
«Juicio político»
«Esa que tenés ahí en esa foto, esa también tiene que dar muchas explicaciones», siguió Daniel; «es artesana, dealer del pueblo, el pueblo sabe quién es Viviana Juárez, es la que vende la droga; acá la tienen; se tiene que saber, es la que la llevó a la muerte a Cecilia; es amiga de Mainardi».
«Anda mucho en la Municipalidad de Capilla del Monte, sabemos eso; al intendente [Fabricio Díaz], que es conocido mío, le pido explicaciones; por qué Vivi la Rasta muy comunmente está en la Municipalidad de Capilla del Monte; intendente hágase cargo de quién tiene al lado, tenga cuidado».
«José Meza, también artesano; ninguno de esa gente fue investigado, andan todos libres; Ramón López anda pidiendo traslado, anda huyendo como una rata, que se haga cargo; José Meza es artesano en Capilla del Monte, nadie le dice nada; por eso estamos como estamos, hacen lo que quieren y después nadie les reclama; sigue siendo artesano ahí en Capilla del Monte, una vergüenza realmente».
«Ariel Zárate, que no tengo foto, otro de los investigadores, era el que nos pedía cosas a nosotros; está detenido por violencia de género, le pegaba a su mujer desde que era chica, porque la conoció a los 16 o 17 años; hoy está preso; Ariel Zárate es uno de los investigadores de Paula Kelm, qué puedo esperar yo, qué puedo esperar».
«Paula Kelm, váyase de la causa, tenga dignidad; deje el lugar a otro que investigue, que no esté sentado como usted, que se sienta a esperar qué le dicen; no es una buena fiscal, renuncie, Paula Kelm y yo me voy a encargar de que le hagan un juicio político, aunque me cueste la vida, Paula Kelm; lo voy a lograr, usted no merece estar en la Justicia; que renuncie, que se vaya, que tenga dignidad».
Cecilia con sus padres, hermanos y sobrinos durante la última Navidad que compartieron.
«Qué pasa en Capilla del Monte»
«Señor, señora, no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente», tomó el micrófono Karina, una integrante de Fuerza Mestiza, durante la marcha por Núñez; repitió el eslogan acompañada en coro por la multitud. «Justicia por Cecilia Gisela Basaldúa», pronunció también varias veces. «Qué pasa en Capilla del Monte; qué pasa con la fiscal Paula Kelm que en todo el proceso nunca atendió a la familia; qué pasa con el señor Mario Mainardi, última persona que vio con vida a Cecilia, que estuvo hospedada en su casa y que nunca fue imputado».
Cecilia (abajo a la izquierda) con la selección argentina de mujeres de hockey sobre hielo.
«¿A quién tienen preso?»
«Agradecemos a todos por acompañarnos como siempre, la familia, los amigos de Cecilia», dijo el papá de la víctima al llegar al mural; a sus espaldas podía contemplarse el rostro de su hija bocetado con líneas negras sobre fondo blanco; la figura tiene dos metros y medio de altura; la rodean flores, brotes multicolores y un sol; «Verdad y justicia por Cecilia G. Basaldúa», se lee arriba y a la derecha; «vivas nos queremos».
«Qué puedo decir, siempre que hay algo de Cecilia nos moviliza, nos va a seguir movilizando hasta que caiga el último de los culpables de lo que le han hecho a Cecilia y a su vez luchar para que no le pase a nadie más; pero sigue pasando, muere una mujer cada 36 horas, es increíble, pero sigue pasando acá en Argentina».
«Les quiero contar que nosotros en este momento tendríamos que estar en Capilla del Monte, porque empezaba el juicio el 3 de noviembre; nos hicieron movilizar: la familia, los trabajos; bueno, fue un caos, durante un mes preparando todo para irnos y defender a Cecilia; tenía que ir toda la familia y bueno, una semana antes lo postergaron, así nomás, sin siquiera avisarnos».
«Así es la Justicia, así se ríen de la gente, de la gente común principalmente; porque ellos son diferentes, ellos son una casta; es hora de que se la cobremos; porque no puede ser que tengan sueldos monumentales, vivan como reyes y encima nos basureen a nosotros».
«Porque nosotros estamos luchando contra los asesinos de Cecilia y contra la fiscal, que es la que tendría que ayudarnos, nunca nos ayudó, al revés, está tapando a los asesinos de Cecilia; nosotros sabemos quiénes son, lo hemos dicho, se lo hemos puntualizado; salio un audio, que nosotros no tenemos nada que ver con el audio, no lo inventamos nosotros, ese audio da nombres de policías».
«Nada de eso le sirvió a la fiscal Paula Kelm para simplemente investigar, simplemente investigar; lo que hizo es agarrar a un pibe de ahí; le pegó la policía y lo hicieron declarar; el pibe dijo que se le había ido la mano y había sido el; cuando estuvo delante del abogado defensor negó todo; a quién tienen preso».
«Ese pibe seguramente dentro de dos o tres años lo van a largar; eso es lo que hacen ahí, lo meten preso lo tienen dos o tres años; después, como no tienen pruebas lo largan y quedan todos libres, todos felices y contentos, cada uno en su casa; así es la Justicia, así es en Córdoba, que es lo que yo conozco, porque estoy metido ahora con esto».
Cecilia tirando una patada de taekwondo con el cinturón negro.
«La vida sigue»
«Hace un par de años atrás ni me imaginaba que iba a estar en esta situación», continuó Daniel; «todos nosotros, por supuesto, toda la familia; Cecilia era una chica que lo único que quería era viajar, no jodía a nadie; es más, hasta hacía artesanías, ni siquiera nos pedía plata a nosotros; le decíamos: si querés te mandamos, te giramos; no, no, pá, yo me arreglo con lo que hago».
«Aprendió a hacer muchas cosas; hacía artesanías, malabares, escribía; ahí anda un libro que tiene cada uno, lo estuvimos repartiendo; son cosas que ella escribía; te lo daba a vos para que le dieras una moneda, así era».
«De los policías del caso de Cecilia, hay uno que está preso por violencia de género; una joyita; el otro pide traslado, ese Ramón López, que es uno de los que nos pedía cosas para que le mandemos; después no ponía nada en la causa, por supuesto; anda pidiendo traslado de un lado para otro, pide médico; debe tener conciencia, sabe que le vamos a caer tarde o temprano; Ramón López, te vamos a caer, yo sé que va a ser así; Walter Luna, hay un montón; Zárate está preso, no sé si lo habrán largado, porque ahí son tan impunes que seguramente ya anda libre».
«Nos estuvimos preparando para el juicio que empezaba el 3 de noviembre; cada uno con su problema de trabajo; porque la vida sigue, lamentablemente; para mí es un antes y un después de lo que le paso a Cecilia, pero la vida sigue, tengo mis otros hijos, tengo mis nietos; por eso tengo que seguir luchando; pero bueno, no es lo mismo».
Mural pintado en estación Núñez del Ferrocarril Mitre, CABA.
«Hay muchos casos»
«Es injusto lo que le pasó, no jodía a nadie», agregó el padre sobre su hija; «simplemente quería conocer, conoció toda Latinoamérica; tanto que nos asustamos del peligro en Latinoamérica; no le pasó nada a Cecilia; le pasó acá, en este país, y en Córdoba, que se creen que son los poderosos de la Argentina; ahí hay mucha corrupción, principalmente la Justicia; encima es un lugar turístico Córdoba, ustedes van a ver: Córdoba los espera; por eso digo, para qué los espera, para matarlos; generalmente pasa así, no es la única Cecilia, hay muchos casos ahí».
«Cuando nos preparamos para el juicio juntando pruebas, todas las cosas, ustedes saben que se elevó a juicio muy rápido; porque faltaban como diez testimoniales, que testigos declaren; había muchas cosas que faltaban; la fiscal Paula Kelm mandó a juicio igual, contra viento y marea; nosotros le decíamos que no se apure; mandó a juicio igual, era para el 3 de noviembre; entonces vos tenés que mandar todas las pruebas, todo lo que ella no hizo, lo tenés que poner en la causa».
«Cuando pusimos todo lo que faltaba, los testigos que faltaban, dijeron: no tenemos tiempo, porque ustedes pusieron muchas cosas, esto se atrasa, no podemos leer todo; estaba presentado desde agosto, tenían tiempo de leer; yo creo que ahí hay algo, algo pasó; espero que sea para bien, no para mal, que no estén preparando algo, porque es así».
«La marcaron»
«Ahora pidieron una pericia psicológica para Cecilia», se indignó Daniel Basaldúa; «quiero que venga la psicóloga y me pregunte; bueno, cuando venga le voy a preguntar si me la va a devolver con vida, después que le haga la pericia psicológica; qué es lo que busca, eso hacen para estigmatizar a la víctima, que la víctima estaba loca, que tenía un problema y por eso la podían matar».
«O sea que ya saben, pueden matar a alguien que ande mal o que ande vagabundeando, no tienen problema; la justicia agarra y te dice: pero este se la buscó, este hizo tal cosa; bueno, eso es lo que pidieron ahora, nos pidieron a nosotros la parte psicológica de Cecilia; nosotros sabemos lo que era Cecilia, no tenia nada, simplemente le gustaba viajar y no dejarse llevar por delante por nadie; eso seguro, ella tenia su carácter; seguramente se chocó con esos policías, porque ya antes la habían estado corriendo por distintos lugares y la marcaron, estoy seguro de eso; siempre está metida la Policía».
«Y bueno, después de habernos preparado, dijeron: no hay juicio; ni siquiera nos notificaron, nos enteramos por el periodismo; despues la abogada nuestra también se enteró; pero no nos llamaron, ellos tienen el teléfono nuestro; y bueno, así es en Córdoba».
Cecilia en su viaje como mochilera por Latinoamérica.
«Ocultar narcos»
«Lo único que les digo es que nosotros vamos a seguir luchando; espero que nos acompañen el año que viene, ahí va a empezar la verdadera batalla para nosotros; es una batalla esto; yo les digo: voy a dejar mi vida, pero no voy a parar hasta que se sepa quién le hizo esto a Cecilia y que los jueces, los fiscales, todos esos también dejen de impartir justicia, que no es justicia, hacen lo que quieren».
«Tendría que ser como un político, es hora de que los voten; no quiero a esa fiscal que no sirve para nada, lo único que hace es ocultar narcos; tendríamos que tener la facultad de elegirla o por lo menos saber quién es y qué hace; qué hizo Paula Kelm para estar donde está».
«Ya les digo, mete perejiles presos, ya tiene tres; hay un caso, Jorgito Reyna, que lo mandaban a robar en Capilla del Monte; el pibe un día dijo: che, no quiero robar más, estoy cansado de robar; entonces fue a hacer la denuncia de que lo estaban obligando a robar; lo metieron preso; tenía 17 años; que pasó con Jorgito Reyna; terminó suicidado, dicen que se suicidó en la comisaría de Capilla del Monte, no en cualquier lado; qué pasó después; bueno, investigaron; por supuesto, el pibe se suicidó; no hay pruebas de los policías que lo estaban cuidando, había dos y el se suicidó igual; no sé cómo hizo; pero bueno, había que cerrar la causa, a los policías que estaban al lado los metían presos o los dejaban libres».
«Quién los dejo libres; quién dijo que no había más nada para investigar; Paula Kelm; siempre termina en el mismo lado, tiene una suerte Paula Kelm; ojala que escuche esto, que sepa, que todo el mundo sepa qué es Paula Kelm; no es una santita; sí cobra, no va a dejar de cobrar nunca; por eso voy a pedir el jury para esa mujer, no puede seguir impartiendo justicia una mujer así».
«Van a caer todos»
«Muchas gracias, igual yo no le aviso a la fiscal», le respondió Daniel a una vecina que dio su punto de vista sobre la estrategia de la querella; «yo ya le avisé, me importa un bledo lo que sea, si es zorra que sea zorra; yo le voy a pedir el juicio político, no sé cómo iré a hacer, no tengo ni idea, alguien me irá a ayudar, seguramente; pero no le voy a dar esa oportunidad de avisarle, ya le avisé, ya lo sabe; y bueno, nuevamente gracias a todos por estar y bueno, nos vamos a casa cada uno, a seguir en la lucha, agradezco a todos por estar».
«Buenos días a todos, gracias por estar», dijo Susana, la mamá de la víctima; «ustedes son la fuerza, todo esto que hacemos no es solo por Ceci, sino por todas las que están vivas, para que no les pase; y bueno, esperemos que esto, yo sé que va a tener un buen final, que van a caer todos; porque ella nos esta acompañando y ayudando; gracias; bueno, Dani ya lo dijo todo, estamos luchando por esto y gracias a ustedes».
«Nada más voy a decir: gracias por estar acá», agregó Soledad, hermana de Cecilia; «no nos olvidemos de que hoy era el cumpleaños de mi hermana, recordémosla con todo lo lindo que era ella, con cada recuerdo que tenga cada uno de ella en su corazón, recordémosla siempre así; y bueno, no dejen por favor de acompañarnos, de acompañar a mis papás, de acompañarnos a nosotros; y bueno, hay que seguir, como ella lo hubiera querido, gracias».
«Cecilia Gisela Basaldúa, presente», gritó una voz; «Cecilia Gisela Basaldúa, presente», respondió la multitud; «ahora y siempre», continuó la voz; «ahora y siempre», contestaron los presentes.
Daniel y Susana, padres de Cecilia, en el mural (Clarín).
Qué casualidad
Cecilia Gisela Basaldúa fue hallada sin vida el 25 de abril de 2020 en un basural junto al río Durazno en las afueras de Capilla del Monte después de permanecer desaparecida durante tres semanas. La joven había llegado el 19 de marzo proveniente de la Capital Federal en condición de mochilera. Buscaba un entorno apacible en el que instalar la carpa y escribir un libro sobre la travesía México-Argentina que había hecho entre 2015 y 2019.
Además de narradora avezada, Cecilia era deportista de alto rendimiento. Vistió la camiseta 10 de la selección argentina de mujeres de hockey sobre hielo en el panamericano de México 2015. Era una luchadora experta: poseía el cinturón negro de taekwondo, practicaba kungfú y sabía manejar distintas armas. Esta capacidad para defenderse le otorgaba particular autonomía en sus viajes, que emprendía con frecuencia a dedo. Asimismo, realizaba malabares y artesanías que ofrecía en ferias callejeras.
Un mes antes de que Cecilia arribara a Capilla del Monte, el 18 de febrero, había sido encontrado el cadáver de Mariela Natalí, turista santafecina de 44 años, en un arroyo local después de dos semanas de búsqueda. La familia de Mariela insiste en continuar la investigación, tomando en cuenta los numerosos indicios que sugieren un homicidio, además de la cercanía temporal y las similitudes con el caso Basaldúa, pero la Justicia cerró el sumario como simple ahogamiento. La fiscal a cargo es, qué casualidad, Paula Kelm.