Claudia Véliz: «La Policía golpea, tortura y mata a diario a jóvenes como Diego»

20/3/2024

Su hijo Diego Iván Pachao, un albañil de 20 años, expiró el 14 de marzo de 2012 tras ser detenido ilegalmente y violentado de manera homicida por efectivos de la Comisaría Séptima de la ciudad de Catamarca. Al cumplirse 12 años del crimen, la madre lideró un homenaje en la Plaza 25 de Mayo, la neurálgica de la capital provincial, y reiteró el pedido de justicia.

«Diego solo reclamó, en inmediaciones del Circuito de la Vida del Parque América, barrio Eva Perón, que no le pegaran a su amigo, que le diría a la familia; porque la Policía había reducido a Leonel González a las patadas; como de costumbre; ellos se creen dueños de la vida; de los jóvenes sobre todo; lamentablemente, se hicieron con la vida de mi hijo Diego; lo llevaron a esta comisaría, donde lo torturaron, le dieron dos golpes mortales en su cabecita; luego lo tiraron en un patio, lo dejaron abandonado».

Claudia Liliana Véliz, de pie en el micrófono, empezó así el homenaje en la Plaza 25 de Mayo, la central de la ciudad de Catamarca, por los 12 años del crimen de su hijo Diego Iván Pachao. El albañil de 20 años murió el 14 de marzo de 2012 tras ser detenido de forma ilegal y torturado por policías de la Comisaría Séptima. La madre señala a 12 efectivos que por el tenor de lo ocurrido merecerían cadena perpetua. Denuncia que el juicio realizado en 2022 confirmó la impunidad, pues dejó vacante el homicidio y condenó a cuatro uniformados por delitos menores. De estos, solo tres permanecen detenidos.

«A las pocas horas lo retiré con muerte cerebral de esa comisaría; quiero pedirle a la sociedad de Catamarca que tratemos de ser un poquito más solidarios con las familias, no solo la de Diego; el no es la única víctima de esta Policía represora que a diario golpea, tortura y mata a nuestros jóvenes, nuestros niños; inclusive los manda a delinquir».

«Todos sabemos que la Policía es parte de un sistema corrupto; los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo los defienden porque están unidos como uña y carne; es lo que demostraron en estos 12 años de lucha incansable, desgastante, realmente dolorosa; a medida que pasan los años es cada vez más sufrida; las mamás nos creamos a veces un mundo para poder seguir adelante; yo quería creer que mi Diego se había ido de viaje lejos y en algún momento regresaría».

«Nos dan la espalda»

«El tiempo pasa y el no regresa; cuando vuelvo a poner los pies sobre la tierra me doy cuenta de que no lo tengo; aunque está en mi corazón, lo llevo, va conmigo, me voy a ir con el; pero no lo tengo para disfrutarlo, abrazarlo, acariciarlo; no lo tengo como a mis otros hijos; como tantas mamás pueden disfrutar a los suyos; yo padezco esta necesidad que llevaré a la tumba.»

«Diego no le hacía nada a nadie; por el contrario, era un chico sin maldad, solidario, trabajador; la Policía de la provincia se llevó la vida de el y me dejó sin esa partecita tan importante y tan valiosa para mí; siempre dije y hasta el día de hoy afirmo que no le deseo el mal a nadie, ni siquiera a los verdugos que le hicieron el daño que le hicieron a mi hijo; no se lo deseo porque Dios me quitó esa maldad; más allá de que duele mucho; sí que duele, horrores duele; pero no le deseo a nadie lo que vivimos las mamás a las que nos sacan un hijo de un momento para el otro, nos arrebatan la vida de ese tesoro que es un hijo.»

«Tengo ocho hijos más y 17 nietos, pero ninguno cubre este espacio donde tiene que estar Diego, que es único; Diego tiene un valor incalculable, valor vida; es un tesoro; realmente, no puedo perdonar; Dios nos enseña a hacerlo; por la gracia y el amor de Dios estoy aquí, pero no puedo perdonar; es muy difícil vivir así, con ese rencor, los recuerdos que rondan a cada instante la mente de uno; por eso necesitamos crearnos un mundo imaginario; veo a algún joven o niño y supongo que es mi Diego».

«Más duele todo cuando hay tanta indiferencia, cuando los tres poderes del Estado, que están para defender los derechos de cada ser humano, nos dan la espalda; eso pasó con la familia de Diego, eso pasa con la sociedad de Catamarca y del país; mayormente ocurre con los más humildes, con los pobres; cuando no hay justicia no hay paz; es muy difícil vivir así; es realmente muy difícil, no es la forma que yo quisiera; por el contrario, desearía poder encontrar la calma y la paz que mis hijos necesitan.»

El hostigamiento contra la familia Pachao Véliz y su entorno ha sido permanente y sigue en la actualidad. Lo padecen Claudia, sus ocho hijos restantes, sus 17 nietos y quienes los acompañan en el reclamo. Como Humberto Galíndez, el abogado de la familia, Luis Rodríguez, defensor de derechos humanos, y numerosos amigos y ciudadanos. El amedrentamiento institucional es notorio, pues involucra los tres poderes del Estado, tanto el Judicial como el Ejecutivo y el Legislativo. La mamá de Diego suele denunciar además el silencio de la prensa y otros sectores de particular influencia.

«Solo tres detenidos»

«Cuando vemos que los poderes Judicial, Ejecutivo y Legislativo defienden a muerte a estos policías asesinos, que aún siguen trabajando para la seguridad de nuestra provincia, la verdad es que duele mucho».

«Quiero decirles que hagan valer sus derechos; a los jóvenes, a los niños; que conozcan el Manual del pequeño detenido [de la Correpi] que tenemos aquí sobre la mesa; es un folletito para entregarles, para que ustedes conozcan y hagan valer sus derechos; no teman a la Policía; siempre que andemos en el buen camino; aunque así no fuera, ellos no son dueños de la vida de nadie; por el contrario, son pagados para cuidarnos; lamentablemente, no lo hacen y no lo hicieron con mi hijo Diego».

«Se llevaron la vida de el; pasaron por sobre el y por sobre la familia; costó mucho luchar todos estos años contra estos tres poderes corruptos; al cabo de más de diez años conseguimos llevar a juicio a solo seis de los 12 policías responsables; solo tres quedaron detenidos; a los dos meses del juicio le devolvieron la libertad a uno, Ricardo Javier Varela, que en la actualidad anda libre, como si nada hubiese pasado; no sabemos nada de los otros dos; muchas veces tienen privilegios, pueden salir de la cárcel.»

«La Suprema Corte de Catamarca dio el peor fallo para nuestra familia; cuando le pedimos investigar a los siete policías restantes, cuando le pedimos sentencia firme, cuando le pedimos que Ricardo Javier Varela vuelva a prisión, lo que hicieron fue darnos vuelta la cara y enviar el expediente a la Corte Suprema de la Nación; se imaginan que si acá nos costó tanto lidiar con este Poder Judicial corrupto y asesino, lo que nos costará ahora tener que trasladarnos a otro lugar para saber cómo sigue la causa de mi hijo Diego.»

«Son todas trabas y obstáculos que ponen para que nos cansemos, para que tiremos la toalla, para que tal vez nos vayamos un día de esta vida sin haber llegado a conseguir la justicia que nuestros hijos necesitan.»

Claudia, apoyada en evidencia abrumadora, denuncia que al menos 12 policías son culpables, con diferentes roles y jerarquías, de detención ilegal y tortura seguida de muerte. Como consecuencia, merecerían cadena perpetua. El juicio realizado en 2022 en la Cámara Criminal Dos de Catamarca, que sentó a seis en el banquillo, confirmó la impunidad, pues dejó vacante el homicidio. Condenó a cuatro, con contrastes, por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tortura y vejaciones agravadas. Actualmente hay solo tres presos: Gustavo Eduardo Bulacios, Ricardo Javier Barrera y Claudio Yani Nieva.

«El policía está para defendernos»

«Quiero agradecer a las organizaciones y a cada uno de los presentes, que se toman el tiempo para escuchar esta historia larga y triste; gracias a todos por tantos años de lucha, de acompañarnos, de cargar banderas, de caminar en el frío, en el calor, en la lluvia con sus bebés, con sus pancitas; gracias eternas a todos; que Dios los bendiga, los proteja y que no dejen de luchar por sus derechos».

«Vamos a entregarles el folletito para que conozcan sus derechos y los hagan respetar; nadie puede tocar a sus hijos; nadie; el policía está para defendernos, para cuidar nuestra integridad física, no para dañarnos; dos músicos van a cantar en homenaje a mi hijo Diego; les agradezco muchísimo; todo es mérito de los chicos que me hacen el aguante; gracias a todos.»

El drama suma tres fallecidos, pues Telmo Alejandro Pachao, papá del extinto y motor destacado de la denuncia, y Leonel González, amigo de Diego y principal testigo del crimen de este, perdieron la vida en circunstancias extrañas nunca investigadas. Telmo fue hallado con la cabeza rota al borde de una calle. Dos policías que se habrían declarado únicos observadores presenciales dijeron que el hombre chocó solo contra un árbol mientras circulaba en moto. Ocurrió en 2017. Leonel apareció ahorcado en otro árbol, en el dique El Jumeal, un espacio público, con medio cuerpo sumergido en el agua. Sucedió en 2019.

«Salió lo que salió»

«Íbamos a hablar con el megáfono, pero alguien de Nuestra América, la organización popular, nos ofreció un equipo de sonido e invitó a dos músicos», contó Claudia más tarde; «Juan Piltri cantó primero y Daniel Pichi Luján después; gracias Dios y a la Virgencita contamos con ese aporte; nos tuvimos que trasladar de esquina porque sacaron los tomacorrientes y necesitábamos luz; Patricia Quezada Sueldo dijo unas palabras; además vino María Espeche, mamá de Brenda Micaela Gordillo».

«Dios acomoda siempre todo de acuerdo con su voluntad; fue como El quiso; también bailé», comentó con humor la mamá de Diego; «pusieron música de folklore; las chicas empezaron a danzar y me sumé a hacer cualquier cosa», se rió distendida; «estuvo lindo; tal vez no expresé todo lo que necesitaba; fui con mi cabeza bastante vacía; no había escrito nada; salió lo que salió; doy gracias a Dios y a mi Ángel, que siempre me guía, me está acompañando, dando esa fuerza que necesito diariamente.»

«¡Diego Iván Pachao…!», clamó la madre al terminar su alocución en la Plaza 25 de Mayo; «¡…Presente», respondió con energía la concurrencia; «¡Diego Iván Pachao…!», insistió ella; «¡…Presente!», volvió a escuchar; «¡Diego Iván Pachao…! ¡…Presente! ¡Ahora…! ¡…Y siempre! ¡Ahora…! ¡…Y siempre! ¡Ahora…! ¡…Y siempre! ¿Qué queremos…? ¡…Justicia! ¿Qué pedimos…? ¡…Justicia! ¡Justicia para Diego Iván Pachao y todas las víctimas de la impunidad…! ¡…Justicia!».