Angélica Lezcano: «Atropelló a mi hija, mi nieta y mi yerno a más de 170 km/h»
13/2/2024
por Lucio Casarini
Dalma Rosales de 21 años, la pequeña Roma de tres meses y Joaquín Aguirre de 20, papá de la beba, fueron muertos en el departamento de Cruz del Eje, Córdoba. Ocurrió el 30 de julio de 2023. Viajaban en un Peugeot 206 cuando los chocó un hombre excedido de velocidad en una VW Amarok que embistió además un Fiat Duna ocupado por un conductor y su esposa. Según los familiares de las víctimas, el último pateó al muchacho mientras agonizaba. El 18 de febrero habrá una misa para pedir justicia en el sitio del horror, Ruta Provincial 16 y Panamericana.
«Mi nombre es Angélica Fabiana Lezcano, vivo en la provincia de Córdoba, en Santa Rosa de Calamuchita [a 100 kilómetros de la capital provincial]; estamos luchando para que se haga justicia por mi hija Dalma Rosales, de 21 años, Romita Aguirre, de tres meses (iba a cumplir cuatro) y Joaquín Aguirre, de 20 años; ellos murieron en un triple choque en Cruz del Eje el día 30 de julio de 2023; yo recién estoy pudiendo hablar de lo que sucedió; me cuesta muchísimo hacerlo», se conmueve de repente; «pedimos justicia por ellos, pedimos justicia y pedimos apoyo a todos; justicia por ellos, por mis tres angelitos».
«Para que no quede impune un hombre que iba a más de 170 kilómetros por hora», señala al conductor de 50 años que circulaba en una VW Amarok y embistió el Peugeot 206 de las víctimas en Ruta Provincial 16 y Panamericana; «porque eso dio la pericia; así iba la camioneta, a 170 kilómetros por hora en un cruce; los chocó como venía; jamás se acercó el individuo a ver qué necesitábamos los familiares, a pedir disculpas, nada; una frialdad total, tanto el de la camioneta como el salvaje que golpeó a Joaquín», aludió al piloto del tercer vehículo involucrado, un Fiat Duna; este es un sujeto de 65 años que viajaba junto a su esposa de 61.
«Nosotros el 18 de este mes vamos a ir a Cruz del Eje al lugar del hecho», agrega en referencia a una misa para rogar justicia que se celebrará a las 11.30 en el sitio del desastre; el memorial religioso será acompañado además por Hugo Aguirre, papá de Joaquín, y otros familiares de las víctimas, junto a allegados y ciudadanos solidarios; «estamos pasando un momento durísimo, porque a ellos los chocó una camioneta cuando iban terminando de pasar el cruce; mi hija y mi nieta fueron las primeras en salir despedidas; murieron prácticamente en el instante; Joaquín, mi yerno, quedo con vida agonizando».
«La camioneta a su vez chocó un auto, creo que era un Fiat Duna, no recuerdo el color; cuando [Joaquín] estaba tirado en el asfalto agonizando, preguntando por sus princesas, fue golpeado salvajemente por el dueño del auto; lo agarró a patadas en el piso cuando el agonizaba; gente de ahí que escuchó el accidente fue a socorrerlo, porque si no lo terminaba de matar ahí, en ese instante; jamás quedaron detenidos ni el dueño de la camioneta ni tampoco el del Duna, que fue quien golpeó a Joaquín salvajemente mientras mi hija estaba tirada en la ruta con toda impunidad, como si fuera una bestia».
«Como si fuera no, es una bestia, porque solo una bestia puede hacer algo así con un ser humano que está agonizando en el piso, luchando por su vida y preguntando por la de su hijita y su mujer», abunda Angélica sobre una brutalidad también denunciada por Hugo Aguirre, con el respaldo de testigos presenciales; «nunca fueron detenidas estas personas; siguen libres, están en su casa tranquilos; ese día para mí y mi familia y los papás de Joaquín empezó la pesadilla; fue lo mas doloroso que me tocó vivir y que me va a tocar vivir en mi vida; la muerte de mi hija, de mi única hija mujer y de mi nietita.»
«Mi yerno agonizó cinco días por los puntapiés más los golpes del accidente; entró en coma; fue operado varias veces hasta que el viernes 4 de agosto falleció [en una clínica de la ciudad de Córdoba], despues de estar sufriendo varios días, luchando por su vida; por eso no podemos entender cómo esas personas están libres; como madres, tanto yo como la mama de Joaquín quedamos desgarradas; estamos muertas en vida; cuando me preguntan cómo estoy, lo único que puedo responder es que solo respiro y me mantengo en pie para pedir justicia y que no quede impune la muerte de ninguno de los tres.»