Ana Radusky: «Ahora hay violencia institucional igual que en la dictadura»

16/11/2023

Es defensora de derechos humanos y miembro de la asamblea de Andalgalá, en la provincia de Catamarca, un bastión contra los desmanes de la megaminería. Habló durante un panel organizado en la capital provincial para recordar los 40 años de democracia. También participó Claudia Véliz, mamá de Diego Pachao, que confirmó la decisión de apelar a la Corte Suprema de la Nación por el crimen del joven de 20 años, ocurrido en 2012 en manos de policías de la Comisaría Séptima. Además estuvieron en la mesa Hebe Pachao, hermana de la víctima; Luis Rodríguez, experto en derechos de niños y adolescentes; y Humberto Galíndez, abogado de Claudia; entre otros.

«Los juicios de lesa humanidad hablan de las mismas torturas», comparó Radusky en su intrevención, «y hemos condenado a perpetua por esos crímenes; se van creando los distintos sujetos; podemos juzgar a los de la dictadura militar, pero en democracia vamos creando otros sujetos, el otro como peligroso, que es la sustancia de la violencia institucional; se legitima cualquier acción que le hagamos a ese otro peligroso; el subversivo que sustenta un golpe de Estado o una dictadura militar pasa a ser el morocho, en definitiva el pobre, el distinto; hay diferencia si soy pobre y morocho, pobre y gay, pobre y travesti».

«Se va generando un otro peligroso que sustenta o legitima la violencia institucional; un día, en una jornada de derechos humanos, de memoria, había gente de Italia; nos decían el mundo los está viendo; es cierto, fue histórico cada uno uno de los juicios; empezaron con la democracia y tuvieron un momento de auge; ahora lamentablemente la mitad de los castigados están sueltos; se trata de genocidas condenados a cadena perpetua que fueron fueron liberados con el argumento de que hubo hechos que ocurrieron en democracia, como en la provincia de Tucumán, por lo que los subversivos cometieron crímenes».

«Todavía se debate si son 30.000 y se soslaya, se deja de lado, la cuestión de fondo; cuando estaba en el tribunal federal en Andalgalá, en la puerta de la comisaría, con los compañeros presos, me llamaron por teléfono de la misma secretaría que decía que el mundo nos estaba mirando para aclararme que yo no podía hacer declaraciones; o sea que ese Estado responsable genera un relato y legitima violencias, las mismas que condenamos en el pasado; la violencia es la amalgama que sostiene el sistema capitalista; nunca en un contexto de tanta desigualdad lograremos una democracia participativa profunda».